Hace un año y medio que el empresario José Miguel Prieto retornó al negocio del almacenaje y gestión de documentos. El ex fundador de Storbox, empresa que creó en 1994 y que, una década después, vendió a la estadounidense Iron Mountain, estuvo siete años fuera del negocio por el pacto que estableció con su comprador. Luego de varios emprendimientos propios sin mucho éxito, como él mismo reconoce, decidió enfocarse en un rubro en el que tenía experiencia, y así nació Megaarchivos.
La compañía comenzó a operar en 2010, con una inversión total de US$ 10 millones, los que se destinaron principalmente a la bodega antisísmica y antiincendios, donde se guardan las cajas de cartón que contienen documentos que las empresas le confían para su almacenaje. Sus socios son Felipe Guzmán, Luis Felipe Lehuedé y Hernán Besomi, quienes manejan un 50% de la compañía a través de MegaLogística. Prieto, por su parte, tiene un 35% del capital y Juan Carlos Eyzaguirre, director de Banco Bice, un 15%.
La unión con este grupo, cuenta Prieto, se dio a través de un amigo abogado, William Comber. "Ellos son socios estratégicos que poseen las bodegas y el management. Ha sido una conjunción súper exitosa", explica.
Para este año, su proyección apunta a facturar entre US$ 5 millones y US$ 6 millones, monto que podría aumentar cerca de 40% hacia 2013. Hoy, la firma tiene en su cartera más de 80 clientes -entre los que se cuentan Entel, Lan, Parque Arauco y Colbún- y planea cerrar el año con más de 100.
Entre sus principales operaciones está la administración, almacenaje y custodia de documentos valorados. Además digitaliza documentos -en alianza con HQB, especializada en este tipo de gestión- y se ocupa de la destrucción de archivos una vez que vencen, y los recicla junto a Sorepa. También realiza la custodia de documentos valorados -como contratos de ban- cos con clientes, pagarés o contratos de tarjetas de crédito-, para lo cual construyen bóvedas exclusivas de hormigón armado. "No guardamos dinero ni joyas ni dólares ni pagarés a la vista. Además, tenemos el expertise de la administración y custodia, por eso hemos logrado tener tantos clientes en poco tiempo", dice Prieto.
Próxima meta
Este sector, que mueve alrededor de 10 millones de cajas en stock, actualmente es liderado por Iron Mountain, con 90% de la torta. El resto se reparte entre empresas de tamaño pequeño, divididas en distintos rubros, como la digitalización de documentos o la destrucción de archivos.
A cinco años, la meta de la nueva firma es copar un 30% del mercado del almacenamiento y administración de documentos en el país. Para aumentar su peso en el sector, afirma Prieto, han tenido que mirar a los clientes de la competencia, en particular, a las grandes compañías que externalizan este servicio en contratos que duran entre tres y cinco años, los que se renuevan automáticamente. "Nuestro desafío ha sido decirles que antes de renovar sus convenios coticen con nosotros", añade Felipe Guzmán.
Dentro de los rubros donde hay más espacio para crecer, explica Prieto, están los bancos, las cajas de compensación, el retail y las clínicas. También, un área importante son los estudios de abogados, que manejan un amplio volumen de documentos y tienen oficinas en zonas donde el metro cuadrado resulta muy caro.
El atractivo comercial que ofrecen es el menor costo del almacenaje: entre $ 200 y $ 500 por caja al mes, dependiendo del volumen de cada cliente. Este monto se compara con los empastes que realizan las compañías para guardar sus documentos, los cuales tienen un valor de $ 3.500 por tomo, por lo cual una caja con ocho ítems tiene un costo de $ 28.000 sólo por almacenar. "Ahorrándose el empaste, el cliente podrá pagar el valor de la custodia durante la vigencia de esos archivos, de 10 años en general", describe.
La logística
Megaarchivos funciona dentro de los terrenos del Centro Industrial Megacentro -controlado por los mismos socios de MegaLogística y Germán Eguiguren-, en Quilicura, en el mismo parque in- dustrial que ocupaba Cerámicas Cordillera, firma que dejó de producir en el país en 2008, por el alto precio del gas. Allí, la empresa dispone de 11 hectáreas, en las cuales tiene 57.000 metros cuadrados construidos. Las bodegas copan 5.000 metros cuadrados y ahí se guardan 650 mil cajas. El próximo año podrían ampliarse en 3.000 metros cuadrados más, dice Luis Felipe Lehuedé, también gerente general de la compañía.