A momentos, la vida artística da revanchas y giros inesperados y los programas buscatalentos lo saben. Hace ocho años, Vladimir Silva era presentado ante un atestado teatro Providencia como reemplazante del histórico Eric Maluenda en Illapu y partía a México para capitalizar una internacionalización tan ambiciosa como frustrada. Esta noche, Silva estará interpretando las mismas canciones que esos días, pero bajo el nombre de Pullay, el conjunto que replica el catálogo de los hombres de Vuelvo y que asoma como uno de los números más llamativos del primer capítulo de la nueva temporada del estelar Mi nombre es, de Canal 13, que en su primer ciclo se convirtió en uno de los fenómenos televisivos del año.

"Es una buena oportunidad, porque para mí, Pullay es una familia, a diferencia de Illapu, donde no lo pasé bien y la relación era muy fría", resume Silva. Y algo más: el músico fue un Pullay antes de convertirse en un Illapu. En 1999 y tras una larga experiencia como artista callejero, Silva viajó hasta el sur para reclutar a Carlos Araneda, cantante de cuecas y tonadas que jamás había escuchado a los antofagastinos, pero que tenía un timbre parecido al del vocalista Roberto Márquez. Ambos levantaron un grupo tributo que giró por plazas y calles ("Ene veces nos llevaron presos", recuerda), hasta que la agrupación original levantó a Silva para sumarlo a su elenco. "En México nos fue muy mal. Renuncié en 2005 y volví a Pullay, donde por fin estamos con una opción".

John Bidwell (61) no luce un historial tan tropezado, pero en algún momento también estuvo del otro lado: como crédito original. En 1980 lideró el grupo de rock progresivo Miel -fundado por Juan Carlos Duque-, para luego convertirlo en Banda Metro, que gozó de resonancia en los 80, gracias a sus presentaciones en Sábados Gigantes y a un sonido afiliado al reggae blanco de The Police. De hecho, el cantante llegó a Mi nombre es como clon de Sting. Bidwell: "No estaba muy entusiasmado, siempre me cuestioné el hecho de que yo haya estado en TV en los 80 por mi música y que ahora lo tenga que hacer imitando. Pero mis amigos me convencieron".

Más concreto fue el móvil de Boris Saavedra (17): "Estábamos con deudas y problemas hasta el cuello y vi aquí una posibilidad de ayudar a mi familia", revela el colegial que llegó como Luis Fonsi a competir en la categoría sub 17. Con sus padres separados por problemas de alcohol y con una residencia en Peñalolén que comparte con tres hermanos, cuatro tíos y dos abuelos, también tuvo razones previas para emular al puertorriqueño: "El amor de una mujer. Tenía 12 años y me enamoré de una chica a la que le gustaba Fonsi. Aprendí sus canciones, a tocar guitarra, todo, hasta que la conquisté. Hoy estamos separados y creo que fue porque me corté el pelo y ya no me parezco tanto. Asumí que la relación giraba en torno a eso".

La familia y el amor también desvelaron a Francia Parra (21). Pero no antes del espacio: durante. Mientras imitaba a Rihanna en el proceso de selección, le informaron de su primer embarazo. Hoy mezcla su vida como dueña de casa en Lampa, con sus expectativas como replicante de la cantante: "Siempre me gustó, pero empecé a imitarla hace poco, en karaokes caseros".