"Si la arquitectura chilena es tan buena, ¿por que la vivienda social es tan mala?", le preguntaron hace 10 años, en la Universidad de Harvard, a Alejandro Aravena (43). La respuesta vino dos años después, cuando el equipo de arquitectura Elemental, liderado por él, redefinió el problema y se propuso hacer buenas casas en 40 metros cuadrados, utilizando solo los recursos del subsidio gubernamental. El resultado fue un proyecto de vivienda social inédito, que revolucionó la escena arquitectónica local y sorprendió afuera. En 2008, Aravena recibió el León de Plata en la Bienal de Venecia y un año después era jurado del Premio Pritzker. "Fue algo a la vez innovador y realista, aceptamos las reglas del juego, sabiendo que la vivienda social no era un problema cosmético sino de la arquitectura misma", dice hoy Aravena, quien lleva más de mil viviendas sociales construidas en el país (con un costo promedio de $ 715.000 cada una), además de proyectos en Brasil y Suiza.
El caso de Aravena alumbró además una escena local pujante, que hasta ahora despierta el interés internacional. Los llaman para trabajar desde Argentina, EEUU y Finlandia, ganan premios internacionales y revistas especializadas como 2G (España), A+U (Japón) o Arquitectural Record (EEUU) les dedican reportajes. Es un docena de profesionales que están dando que hablar: Mathias Klotz, Smiljan Radic, Cecilia Puga, Mauricio Pezo y Sofia von Ellrichshausen, Sebastian Irarrázabal, Eduardo Castillo, Polidura + Talhouk, y el mismo Aravena, se unen a otros de más trayectoria, como Germán del Sol y el estudio Izquierdo y Lehman.
No se trata de un movimiento ni menos de una mirada única. Lo interesante es que cada uno ha brillado en su propio frente: el rigor geométrico de la Casa Poli, de Pezo y Ellrichshausen, emplazada en un acantilado, alcanza la misma notoriedad que la sobria Casa de Cobre 2, en Talca, de Radic, o los cálidos y ecológicos hoteles Explora, de José Cruz y Germán del Sol.
Parte del panorama internacional va a ser revisado por la XVII Bienal de Arquitectura, que se realizará del 18 al 27 de noviembre en el Museo Histórico Nacional. Sin embargo, el terremoto del pasado 27 de febrero modificó la perspectiva. Junto al deslumbrante éxito de este grupo de chilenos, el evento también planteará los desafíos arquitectónicos que dejó la catástrofe. Una oportunidad para que a partir del talento de exponentes nacionales, se abra la discusión sobre la reconstrucción, dejando de ser cortoplacistas, respetando el patrimonio y dando más calidad a las viviendas de emergencia.
Bajo el título 8.8 Reconstrucción, el evento exhibirá la obra de exitosos arquitectos, como Del Sol, Aravena, Radic y Pezo, y mostrará diez proyectos que buscan rescatar el patrimonio perdido tras la catástrofe. "El terremoto era ineludible. Es la oportunidad de presentar un montaje austero, de madera, que luego se reutilizará y donará a la región más afectada para construir un jardín infantil o una posta. Será algo simbólico", dice el arquitecto y presidente de la Bienal, Guillermo Hevia.
Arquitectura verde
Frente al éxito internacional, no faltan las críticas hacia la arquitectura local y estas vienen de sus propios protagonistas. Sebastián Gray, arquitecto y curador del pabellón chileno de la última Bienal de Arquitectura de Venecia (que también estuvo dedicado al terremoto), es categórico en señalar que "en general, la arquitectura que se muestra afuera es de autor, casas en la playa y refugios apartados que muy pocos ven. Es valioso y se aplaude, pero el problema es que no influye en la calidad de la arquitectura dentro del país", dice. "Resistimos bien el sismo, pero nos falta innovación. Los departamentos que se venden por miles siguen siendo banales, idénticos y mal construidos".
Para Guillermo Hevia, los arquitectos también están en deuda. " Hemos perdido protagonismo en las soluciones y muchos están más interesados en ganar plata y ser reconocidos". Mientras, Gray cree que la falta de discusión en torno a la arquitectura es lo más grave: "Chile es de los pocos países donde no hay tribuna para la arquitectura. En la prensa es casi nula. Desde 1977, Chile tiene su propia Bienal, pero el impacto cultural que eso tiene es poco".
Así, se le critica a la Bienal su mirada egocéntrica, que la ha convertido en un evento hecho sólo para arquitectos. Este año podría ser distinto:"Por primera vez habrá debate de los proyectos seleccionados. Lo que antes fue un panel y una maqueta sin explicación, cobrará voz y opinión de sus autores", agrega Mathias Klotz, curador de la muestra internacional de la Bienal y rector de la Facultad de Arquitectura de la U. Diego Portales. Además, Klotz destaca un retorno de la arquitectura hacia lo colectivo y de calidad: "Hay un reconocimiento de que el paisaje es una realidad posible de mejorar e incluso disfrutar".
Otro tema que se pondrá sobre la mesa es la innovación. Como dice Gray, "lo que busca la arquitectura hoy es la eficiencia: edificios sustentables que gasten lo menos posible. Se acabó el cuadrado de hormigón". En Chile ya hay varios ejemplos de arquitectura "verde". El pionero fue Enrique Browne, reciente ganador del Premio Nacional de Arquitectura. Su edificio Consorcio, construido en 1993 con Borja Huidobro, fue el primero en incluir una capa vegetal que recubre la fachada y posibilita el ahorro energético.
También está Guillermo Hevia, con su edificio de Cristalerías Chile, que mezcla tecnologías limpias con un diseño de gran identidad; y Klotz, a cargo el diseño de la Biblioteca de la U. Diego Portales, que incluye una fachada de capa vegetal y que obtuvo el premio Green Good Design 2010, entregado por The European Centre for Architecture Art Design and Urban Studies y el Chicago Athenaeum Museum of Architecture and Design.
Todo indica que el destino de la arquitectura mundial estará marcado por la armonía con el paisaje y el ahorro energético, y ya varias obras de arquitectos locales apuntan hacia allá. Sin embargo, todavía no se sabe cuántas de estas innovaciones podrán ser implementadas a nivel masivo.
Como plantea Aravena, la innovación no es lo esencial, sino la calidad. "La innovación -dice- siempre es la consecuencia de enfrentar una pregunta inédita para la cual no había respuesta".
RR