Formado en el Colegio Alemán de Valparaíso, en 1936 Ricardo Krebs llegó a Alemania para estudiar Historia. Allá vería con sus propios ojos uno de los eventos clave del curso del siglo XX: el devastador ascenso al poder de Adolf Hitler y el nazismo. A Krebs lo marcó la experiencia, pero iría más lejos: dedicó su carrera a revisar y divulgar la historia universal.
Autor del volumen Historia universal (1955), Krebs falleció en la tarde de ayer. Había cumplido 93 años el 2 de diciembre pasado. Hombre católico, conservador, defensor del gobierno de Augusto Pinochet y miembro de la Academia Chilena de la Historia, recibió en 1982 el Premio Nacional de la disciplina y durante 50 años formó a generaciones de historiadores en la Universidad Católica.
Reconocido especialmente en su labor pedagógica y de difusión de la historia universal, Krebs desarrolló investigaciones como La monarquía absoluta en Europa (1979) y La Revolución Francesa y Chile (1990). Su último libro fue La Iglesia de América Latina en el siglo XIX y lo publicó en 2002. Su Breve historia universal (1982) es todo un clásico en la formación escolar.
Querido profesor
De regreso de Alemania, donde se doctoró en Filosofía con mención e Historia en la Universidad de Leipzig, en 1943 Krebs fue parte del equipo fundador del Departamento de Historia y Geografía de la Universidad Católica. Y aunque fue ayudante de Juan Gómez Millas en la Universidad de Chile y enseñó en el Pedagógico, su casa fue la UC. De hecho, escribió el libro Historia de la Pontificia Universidad Católica de Chile: 1888-1988 (1994)
"Fue un gran historiador. Formador de generaciones de profesores. Era un pensador muy agudo", dice Rafael Sagredo, mientras Sonia Montecinos apunta: "Era muy reconocido por ser especialista en historia de Europa. El promueve ese conocimiento y marca fuertemente a los estudiantes".
Según Bernardo Subercaseux, Krebs "era un historiador tradicional y conservador. Sus textos cumplen más bien con un propósito pedagógico". En tanto, Gabriel Salazar recuerda que fue su ayudante . "Era una persona muy seria y formal. No dejó una obra muy conocida con respecto a la historia de Chile. Lo suyo se acercaba al mundo europeo", sostiene.
Y aunque trabajó poco la historia chilena, Krebs tenía una opinión sobre su país. Varias veces valoró la gestión económica y política de Augusto Pinochet. Y aunque lo calificaba como un régimen autoritario, se negaba a hablar de dictadura. "Los cambios que impulsó Pinochet son los que perdurarán, y en la historia perduran los cambios positivos. Por ello, lo que quedará en la historia es que bajo su gobierno, Chile entró en un proceso de modernización", aseguró en 1998.
Padre de la directora de la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos, Magdalena Krebs, el historiador será despedido hoy, a las 10.30 horas, en una misa en la Parroquia Inmaculada Concepción.