Hijo de inmigrantes judíos en el Nueva York de los 30, Maurice Sendak no tuvo una infancia fácil. Sus padres habían llegado casi a la fuerza a EE.UU. desde Polonia, hablaban mal inglés, los golpeó la Depresión y en los albores de la II Guerra Mundial se enteraron de cómo sus familias eran exterminados por el Holocausto. Las noticias aterrorizaron la infancia de Maurice. La amargura de sus padres no hicieron las cosas más fáciles. "Si viniera de un hogar feliz, probablemente, jamás me habría convertido en artista", dijo el año pasado.
Escritor e ilustrador de más de 20 libros, entre los que destaca Donde viven los monstruos, Sendak fue un revolucionario de la literatura infantil que abrió la puerta a la oscuridad: niños desobedientes, padres que desaparecen y personajes que mueren aparecen a lo largo de toda su obra. "Me rehúso a mentirles a los niños. Me rehúso a servir a la basura de la inocencia", dijo el escritor que falleció ayer a los 83 años, en Connecticut, EE.UU., a raíz de complicaciones de un ataque al corazón.
Considerado uno de los más importantes autores infantiles del siglo XX en el mundo anglosajón, Sendak ilustró más de 100 libros, publicó 20 de su autoría y montó escenografías de varias obras teatrales. Ganador del Premio Hans Christian Andersen y de la Medalla de las Artes, también fue objeto de críticas por mostrar las frustraciones, celos y miedos de los niños. "Yo no escribo para niños... Mi intención nunca fue hacer a los niños felices", dijo.
Inspirado en su propia niñez, en 1963 publicó Donde viven los monstruos, su más famosa obra. Es una historia sencilla: castigado por su madre, Max es enviado a la cama sin sopa. Ahí entra en un mundo paralelo, precisamente, "donde viven los monstruos". Las peludas bestias se llaman Tzippy, Moishe, Aaron, Emile y Bernard -como los tíos de Sendak-, y Max logra convertirse en su rey al demostrar que es más desordenado que todos. Cuando echa de menos su casa, vuelve a su pieza y está esperándolo su sopa, aún caliente.
Galardonado con el Caldecott Medal (el Pulitzer de la literatura infantil, Donde viven los monstruos se convirtió en un clásico. Ha vendido más de 19 millones de copias en el mundo y en 2009 se estrenó una versión parcialmente animada dirigida por Spike Jonze, con guión de Dave Eggers. Aunque Sendak no consideraba el relato como su favorito, el libro motivó la carta más adorada de las que recibió: "¿Cuánto cuesta llegar donde viven los monstruos?", le preguntaba un niño de ocho años. "Si no es muy caro, a mi hermana y a mí nos gustaría pasar un verano allá".
Pareja del psiquiatra Eugene Glynn (fallecido en 2007) por 50 años, Sendak publicó su último libro el año pasado, Bumble-Ardy, la historia de un pequeño chancho que da una gran fiesta para celebrar su cumpleaños, después de que sus padres mueren en el matadero.