"Botica de Ñuñoa" se llama la farmacia comunal que comenzará a funcionar el lunes y que, a diferencia de las otros 12 recintos similares que ya operan en el país, dispone de áreas habilitadas para vender remedios fraccionados, es decir, por unidades. "Hay gente que no tiene mucho dinero o sólo necesita cuatro pastillas y no una caja", explicó el alcalde de Ñuñoa, Andrés Zarhi (RN), quien añadió que el recinto "dará más acceso a mucha gente que quizás no cuenta con tantos recursos".
El director de salud de la comuna, Roberto Stern, señaló que el local ya cumple con todas las características requeridas, por lo que la venta en dosis unitarias debería iniciarse en un mes. "Esperamos tener en corto plazo el fraccionamiento autorizado, ya que para nosotros es prioritario", dijo.
Según Alex Figueroa, director del Instituto de Salud Pública (ISP), durante las próximas semanas Ñuñoa, "no debería tener problemas en recibir la autorización". Agregó que "una vez que entre en operación la farmacia, se evaluará la petición de fraccionamiento".
Ya el jueves el municipio recibió la autorización del ISP para abrir la farmacia comunal. Ubicada cerca de la Plaza de Ñuñoa, en el Edificio Consistorial, el recinto venderá medicamentos a las personas de la comuna que presenten su tarjeta de vecino y que cuenten con la receta médica respectiva. Se atenderá de igual forma a quienes sean Fonasa o isapre.
En las dos semanas de inscripciones, ya hay dos mil vecinos que han sacado su pase. Además, quienes sean calificados en vulnerabilidad por la Dirección de Desarrollo Social (Dideco), recibirán los fármacos de forma gratuita. "Lo que compramos nosotros, el costo nuestro, es el costo que traspasamos. No ganamos ni un peso", dijo Zarhi.
En tanto, ayer se inauguró la farmacia comunal de San Joaquín, que cuenta con 500 inscritos, y que también atiende a cualquier previsión de salud. La iniciativa está orientada a patologías crónicas que no estén cubiertas por el Auge, ni por la Ley Ricarte Soto.