Felipe Camiroaga reconoce que para su segundo año en la animación del Festival de Viña llegó dispuesto a tomar más el control. Que en 2009 él y su compañera, Soledad Onetto, llegaron como "dos pajaritos nuevos", pero que "este año sabemos a lo que vamos". Por eso, ahora las cosas serán distintas.
El conductor de Buenos días a todos cuenta que esta vez tuvo más influencia en los libretos, que tendrán más improvisación para adecuarse a su estilo de trabajo habitual, que hizo sugerencias de cómo abordar las intervenciones de los conductores sobre el escenario y llegará acompañado del director del matinal de TVN, Mauricio Correa, para "marcar mayor presencia del canal" en lo cotidiano. Además, no realizará actividades anexas durante los días del evento, para poder concentrarse en el trabajo, y eligió un vestuario más casual para no repetir la "rigidez" de 2009.
Tras las críticas del año pasado, ¿siente que ahora tiene algo que probar, que demostrar sus capacidades?
No, a estas alturas no me pondría esa presión. El año pasado sentimos un apoyo del público enorme y eso es lejos lo más importante. Cuando había una crítica, muchas veces estuvimos de acuerdo. A mí se me criticó porque no era el mismo de Buenos días a todos, y yo me defendía con que esto no era el matinal, pero de esas críticas uno saca una enseñanza. Y es el mea culpa que tengo que hacer: este año hay que estar más suelto, más relajado, más en sintonía con lo que el público espera de uno.
¿Cuáles son los puntos pendientes para este año en cuanto a la animación?
Mirando lo que hicimos el año pasado, con la Sole tenemos que tener una mejor comunicación y una mejor comunicación con el público. Tengo que estar mucho más suelto. Lo que pasa es que a veces sobrevaloramos o sobrerrespetamos el festival, y en ese ejercicio perdí espontaneidad. Creo que tenemos, en un sentido muy figurado, que perderle un poco de respeto al festival.
¿Qué le pareció que los concejales miembros de la Comisión Organizadora criticaran este festival?
Primero, ese es un debate de toda la vida. Nosotros estamos trabajando y sacándonos la mugre para hacer un buen festival. Por lo tanto, no quisiera entrar en ese debate, quisiera enfocarme en que hay que seguir trabajando duro. Yo siempe voy a empujar el carro para adelante y hago una invitación a todos los que están trabajando en el Festival de Viña a hacer lo mismo.
¿Siente, entonces, que los problemas hay que tratarlos a puertas cerradas?
Mira, son distintos estilos y yo respeto los estilos de toda la gente. Mi estilo siempre es entregar o tratar de entregar, el mejor producto al público, y todo el ruido lo manejamos en oficinas a puertas cerradas. Imagínate que vas a un restaurante y la cocina está abierta y uno escucha todo lo que pasa adentro. No puede ser. Uno tiene que dejarse llevar por la fantasía de cuando llega el garzón con el plato preparado. Imagínate si el garzón llegara a contar los problemas que hay en la cocina.
¿Cree que tal vez hay que aterrizar las expectativas?
Los que trabajamos dentro de la industria tenemos una visión distinta que los que trabajan fuera, el público en general, porque todo Chile se sigue volcando al festival. Pero sí creo que están pasando cosas a nivel mundial en la industria y que el Festival de Viña va a tener que hacer modificaciones en los próximos años.
¿Ajustar las cosas para que las expectativas no sean tan grandes, más alineadas con el presupuesto?
Ese es un tema muy interesante y lo debieran saber todos los que trabajamos en el festival, incluyendo los concejales. Aquí hay un presupuesto que ya es muy alto. Aquí hay seis noches que tienes que llenar con artistas, ojalá todos del mejor nivel. Pero si de repente se comete la locura y se trae a un artista de un par de millones de dólares, me imagino a otros concejales reclamando. Entonces, hay que ser muy criterioso en el momento de hacer una crítica.
¿Por qué?
Porque aquí hay un producto y un presupuesto, y te aseguro que con ese presupuesto se está haciendo lo mejor posible. Claro, todos quisiéramos tener a Shakira o a Luis Miguel, pero hoy son valores que no se pueden pagar. Sería escandaloso e injusto pagarlos. Además, los artistas cobran una plata por la presentación y otra porque sea televisado. Y el festival es televisado, llega prácticamente a todo el mundo. Y eso también nos juega en contra. Eso lo tenemos que saber todos los que estamos involucrados.
Este año es la nueva licitación, ¿Le gustaría que TVN se quedara con el evento?
Encuentro que esta fórmula de TVN-Canal 13 es muy buena. Para los dos canales, para Viña, para la municipalidad, para el festival es bueno que los dos canales más importantes transmitan el festival, creo que le da un peso específico.
Y en ese contexto, ¿le gustaría repetirse en la animación durante más años?
He tenido la suerte de estar en dos festivales muy importantes, el de los 50 años y el del Bicentenario. Y siempre pensé que no era bueno permanecer mucho tiempo en el Festival. Y que otros colegas también tienen las ganas y el derecho de hacerlo. Obviamente, tendré una idea más clara después de hacerlo. Pero esa sensación predomina.
¿Estaría dudoso si se lo ofrecieran nuevamente?
No dudoso, pero sí teniendo en cuenta lo que estoy diciendo. Uno tiene que ser generoso, y habrá otra gente de este canal y otros canales que querrán hacerlo.