Señor director:
El Instituto Nacional de Estadísticas (INE) ha dado el IPC que fue levemente mayor a lo esperado, siendo de importancia anotar que linealmente suma ya 4,5% en un año. Es sorprendente que estando en desaceleración tengamos este índice inflacionario.
La inflación es un fenómeno que empobrece a todos; se pueden comprar menos cosas con el mismo dinero; por lo tanto, los sectores más pobres y menos pudientes se ven, en la recta del tiempo, con una menor satisfacción de sus necesidades. En la inflación subyace el drama de los más pobres y de la clase media menos acomodada.
El análisis de los factores que pudiesen haber gatillado una inflación no responde a una realidad visible; en efecto, el dinero no debiese ser caro, ya que Estados Unidos ha estado inyectando y Europa también. La tasa de política monetaria en EE.UU. recién se ha estado moderando; en Chile ha disminuido y se estima que podría llegar a 3% a fin de año. Este factor no juega entonces en el alza inflacionaria. El desempleo también ha estado presente, lo que implica una menor demanda en el tiempo y no conduce a mayores precios. No constituye un factor inflacionario. Por otro lado, la brecha entre el PIB potencial y observado, al ser menor este último, produce ausencia de presiones inflacionarias.
Nos queda el valor del dólar, que ha estado oscilante desde hace algún tiempo y ha tenido una tendencia a subir.
Sin embargo, hay otro factor que se afirma en las expectativas y éstas responden al futuro régimen tributario, cuya incertidumbre puede afectar las inversiones y el consumo. Con todo, el escenario no se condice. En suma, se aprecia una inflación acumulada que no responde a la realidad que se tiene en el actual escenario.
Martín Garrido A.
Director Escuela Economía y Negocios Universidad Miguel de Cervantes