Es la canción que suena en los segundos finales de Breaking Bad, la serie protagonizada por Bryan Cranston que terminó el domingo en Estados Unidos. Y detrás de esa letra y música, una historia tan oscura y maldita como la de Walter White: la del grupo británico de power pop Badfinger, que en 1972 grabó su canción Baby blue en el pináculo de una carrera que tomó desvío desde la grandeza al olvido. La misma que hoy, gracias al episodio, experimenta una explosión de su popularidad y también, de curiosidad por una banda perdida.

Baby Blue fue descargada más de cinco mil veces de iTunes el domingo, tras el fin del capítulo (nunca tuvo más de mil descargas en una semana), y subió sus reproducciones en el servicio de música Spotify en un 9.000%.

El tema fue propuesto directamente por el creador de la serie Vince Gilligan, cuando las opciones de su supervisor musical no terminaban por convencerlo -todas, con alguna referencia al color azul, la marca distintiva para la metanfetamina creada por Mr. White-. Sólo cuando salió al aire el director musical Thomas Golubic se dio cuenta de que el tema ya había sido utilizado por Martin Scorsese en Los infiltrados. "Si hubiese sabido, la rechazaba", reconoció a Rolling Stone.

La de Badfinger fue una carrera cruzada por padrinos que, en cualquier otro caso, serían garantía de difusión masiva: fueron invitados por The Beatles a fichar por su sello Apple en 1968. Paul McCartney les cedió una canción para su debut -Come and get it- y George Harrison los presentó en su concierto en Bangladesh.

Sin embargo, su relación con The Beatles se convirtió en una asociación incómoda, al punto de operar como única referencia cuando dieron el salto hasta EE.UU. con su álbum No dice de 1971 y un hit enorme, Without you, que sólo explotó en manos del cantante Harry Nilsson y luego con Air Supply. Apple, además, entró en proceso de quiebra, a tiempo que su mejor grabación Straight up, la que traía Baby blue, quedó enterrada en la mala promoción.

Badfinger abandonó Apple transando un contrato millonario que se quedó entre abogados y mánagers. La quiebra posterior del sello bloqueó sus regalías. La banda sacaba discos, giraba, y aún así, los músicos eran pobres. Su fundador, compositor y cantante, Peter Ham, agobiado por el escenario, se ahorcó en 1975. Los sobrevivientes trataron de seguir adelante, pero ocho años más tarde, el bajista Tom Evans también se suicidó.

Joey Molland, el único sobreviviente, no tenía idea que su canción acompañaría los últimos segundos de Breaking Bad. Su hija estaba viendo el episodio, mientras él hacía aseo en su casa. Según dijo a Entertainment Weekly, ahora espera una segunda oportunidad. Pero advertido por una historia de decepciones, fue cauto: "Puede ser sólo un destello en la oscuridad".