Una de las máximas aspiraciones de los profesionales es trabajar en una empresa que no sólo recompense su desempeño con un buen salario, sino que también le ofrezca incentivos para seguir mejorando y, sobre todo, tener una mejor calidad de vida. Es una política que, por lo menos entre las grandes empresas, se ha vuelto constante, puesto que les ayuda a fidelizar su talento y contar con empleados comprometidos y más capacitados.
El menú de beneficios se ha ido ampliando con el correr de los años (ver recuadro). En la actualidad, el típico bono es ya un dato de la causa, y los trabajadores, en realidad, esperan que sus empleadores les ofrezcan una suite de opciones que incluyan lo monetario y también lo emocional, con propuestas como flexibilidad horaria, pausa saludable y más días de vacaciones, entre otras.
Pero hay algunas alternativas que generan más favoritismo y entre estas, el financiamiento de posgrados y las capacitaciones son lo más valorado por los profesionales, ya sean jefes o empleados sin un equipo a cargo, según un estudio de Adecco Professional.
"Hoy los profesionales, independiente del cargo que tengan, buscan diferenciarse mediante estudios que les permitan perfeccionarse y especializarse, con el objetivo de tener un CV más atractivo y competitivo", afirma Felipe Lagos, director de la entidad.
Agrega que esta tendencia se explica por la competitividad que hay en el mercado laboral, lo que obliga a una educación continua para adquirir mayores y mejores conocimientos, y así mostrar un valor agregado frente a los pares.
En concreto, la posibilidad de realizar un posgrado y recibir diversas capacitaciones por parte de la empresa es la opción que arroja las mayores preferencias, con un 27% en el caso de trabajadores sin equipo a cargo y un 21% en el de las jefaturas. Se trata de cifras elevadas, ya que sólo un 14% y un 10% de los profesionales y jefaturas, respectivamente, cuentan con este beneficio en la actualidad, según el estudio. Este se realizó en diciembre pasado y los resultados se conocieron el primer trimestre de este año. Se consideró a 200 encuestados de todo Chile que se desempeñan en las áreas de finanzas, recursos humanos, marketing, ventas, operaciones e informática, entre otras, con un promedio de edad de 35 años.
Felipe Lagos precisa que cuando los trabajadores solicitan estos beneficios por parte de sus empresas no necesariamente están buscando que sus empleadores financien 100% sus estudios. "A veces desean la cobertura de un porcentaje de la capacitación, cursos presenciales en el lugar de trabajo, clases e-learning, o simplemente flexibilidad de horario para poder tomar estas capacitaciones en lugares externos a sus oficinas", dice.
Para las jefaturas, el seguro complementario de salud y recibir un reajuste de sueldo según las utilidades de la empresa son los beneficios preferidos detrás de las capacitaciones, mientras que el resto de los profesionales se inclina por la flexibilidad horaria.
Tendencia de empresas top
Entre las razones que explican el favoritismo de la capacitación en el listado cada día más amplio de los beneficios, despunta el hecho de que los buenos índices de cobertura alcanzados en Chile por la enseñanza superior llevaron a que ser profesional haya dejado de ser un factor de diferenciación.
Por este motivo, hoy se requiere como condición básica contar con estudios de posgrado para postular con éxito a algún cargo o asumir una nuevo rol en la empresa.
Esta es una realidad asumida en las compañías top: "Las mejores empresas en Chile tienen diseñados planes de carrera en los cuales incorporan estudios de especialización y posgrados", comenta Mauricio Peñaloza, socio del área Human Capital de Ernst & Young.
Para las organizaciones, estas políticas se traducen en que los trabajadores se identifiquen más con su empresa, debido a que se sienten valorados y con la posibilidad de incrementar su desarrollo profesional de la mano de la experiencia que van adquiriendo en su desempeño laboral.
Además, han comprendido que capacitar o entregar alternativas de estudios de posgrados aumenta la productividad y disminuye la rotación de personal, ya que los colaboradores se sienten más comprometidos con sus empleadores.
Sin embargo, cursar un posgrado o estudios de especialización no garantiza por sí sólo un aumento de remuneraciones ni aumenta la empleabilidad, aseguran los expertos. "Pero cuando a ello se le suma una mayor experiencia, una mejor y mayor red de contactos y una formación más integral, permite aumentar las condiciones de desarrollo de un profesional o técnico", sentencia Peñaloza.
En definitiva, coinciden los especialistas, crece el valor agregado del capital humano de la empresa u organización.