Un mensaje de advertencia explícito a los narcos habría sido el objetivo de la Armada mexicana, tras la filtración de imágenes del cuerpo de Arturo Beltrán Leyva -uno de los capos más buscados y poderosos del país- abatido, medio desnudo y cubierto con decenas de billetes ensangrentados. El llamado "Jefe de jefes" murió la noche del miércoles, tras un duro enfrentamiento entre sus hombres y 200 infantes en un exclusivo condominio de la ciudad mexicana de Cuernavaca, al sur de la capital del país.
Las imágenes de "El Barbas" han generado polémica en México, ya que, según varios analistas, siguen la misma lógica que los propios sicarios de los carteles, quienes aparte de asesinar a sus rivales dejan a sus víctimas en posiciones o lugares humillantes, como una amenaza encubierta al resto de los miembros de su clan.
Otros, sin embargo, ven en las imágenes la férrea postura que ha adoptado el gobierno del Presidente mexicano, Felipe Calderón, en contra de la industria del narcotráfico en el país. De hecho, la muerte de Beltrán es considerada como el mayor golpe a los narcos desde 2002, cuando falleció Ramón Arellano Félix, uno de los capos del Cartel de Tijuana.
En México, en tanto, las autoridades redoblaron la seguridad en torno al cuerpo del "Jefe de jefes" ante la posibilidad de que miembros de su red o familiares buscaran reclamarlo por la fuerza.
Además, se comenzaron a indagar las redes de protección con que contaba Beltrán, ya que, según la Armada, tanto la policía municipal de Cuernavaca como la federal del estado de Morelos tendrían vínculos con el narco. Lo mismo se ha especulado de políticos que eran vecinos del capo y nunca sospecharon que allí vivía uno de los hombres más buscados de país.
Ayer, en tanto, según informó el diario mexicano El Universal, tres mujeres -supuestas familiares de Beltrán Leyva- se presentaron a demandar el cuerpo del fallecido para sepultarlo.
Sin embargo, las autoridades deberán verificar la relación de las mujeres con el capo antes de entregarles las cosas personales que se encontraron en el lujoso departamento donde vivía.
Arturo Beltrán Leyva falleció junto con seis de sus sicarios y, de acuerdo con informes de la Armada, utilizó armamento potente y hasta granadas durante un enfrentamiento de más de dos horas con los uniformados.