A sus 18 años, Christopher Breaux tenía dos opciones: quedarse en su Nueva Orleans natal a estudiar, o viajar hasta Los Angeles a probar suerte como músico. Tomó la primera. Pero en agosto de 2005, su departamento quedó sumergido tras el azote del huracán Katrina. Desde las aguas turbias de esa inundación, salió rebautizado como Frank Ocean y partió hacia California, obligado a seguir su plan B.

Hoy, Ocean es "el tipo más comentado en la industria musical", según lo describió el diario británico The Guardian, pese a que su álbum debut, Channel orange, sólo lleva un mes a la venta. Su música: un híbrido de rythmin & blues y hip hop, con sonidos futuristas que envuelven historias de adictos al crack, jóvenes ricos y decadentes, videojuegos y strippers explotadas.

Desde que el huracán Katrina lo sacó de su casa, la carrera de Ocean se precipitó. Encabezó la agrupación Odd Future, escribió canciones para Beyoncé y Justin Bieber, grabó con Kanye West y Jay- Z y firmó con el reputado sello de hip hop Def Jam. Contra todo consejo, liberó su primera colección de mezclas (Nostalgia, ultra) para descarga gratuita.

Nostalgia, ultra metió dos singles en la lista de los 100 más vendidos de 2011 y pavimentó la llegada de su primer disco oficial, Channel orange, publicado el 11 de julio de este año con colaboradores como John Mayer y Andre 3000 de Outkast.

Durante su primera semana, el álbum marcó más de 131 mil ventas digitales, llegando al puesto número dos de la lista Billboard 200. Ocean colgó su disco en la red una semana antes de su aparición física, sin avisarle al sello.

No fue la única polémica. Ocean quería acompañar el disco con un manuscrito donde relataba la primera vez que se enamoró de un hombre. Canciones como Forrest gump riman sobre romances homosexuales, dentro de un género donde el machismo es canon. El sello no quiso, así que el rapero fotografió su texto y lo subió a la red social Tumblr.

"¿Qué iba a pasar?", respondió en una entrevista. "Claro, el mal existe. Los extremistas existen. Alguien podría cometer un crimen y dañarme. Pero también podrían hacerlo porque soy negro", comentó.

Por ahora, la única amenaza contra su ascenso proviene desde sí mismo: el lunes canceló diez fechas durante las cuales abriría estadios para Coldplay, más varias apariciones durante el verano europeo, por un accidente con su voz. Pero el hombre que nació desde las ruinas de un huracán asegura que no es nada serio en su web: "Me siento como un imbécil. Pero volveré".