Con una copa de champaña en la mano. Así fue el festejo de Christopher Froome durante la última etapa del Tour de Francia. Así fue su recorrido en la jornada final de la prueba, que comprendió 133 kilómetros entre el Palacio de Versalles y los Campos Elíseos, en París. Tranquilo, confiado gracias al prematuro triunfo que había atesorado con sus tres etapas ganadas y que había ratificado a través de su regular desempeño en el resto de la tradicional prueba.
El británico brindó y fue saludado por los otros competidores, quienes reconocieron su supremacía en la competencia. Más adelante, el alemán Marcel Kittel encabezaba la serpiente multicolor y era el primero en llegar hasta París. Sin embargo, el portador del maillot amarillo era quien acaparaba todas las miradas.
Al final, el británico llegó 128 a la capital gala, pero eso poco importó. El nacido en Nairobi, Kenia, por fin pudo quedarse con un título que el año pasado le fue apenas esquivo cuando subió al podio en el segundo lugar detrás del también británico Bradley Wiggins. En ese entonces su parti-cipación se vio opacada por "Wiggo", pero un año después y con el campeón fuera de competencia el Tour de Francia por fin le fue favorable.
Y no fue un Tour más. Este año, la clásica prueba de ciclismo festejó sus 100 ediciones, por lo que la celebración también debía estar a la altura de la ocasión.
París de noche
La llegada de la última etapa fue programada en la tarde, para que así el ocaso parisino recibiera a los ciclistas en el cierre. En la premiación nocturna, la "Ciudad de la luz" brilló más que nunca y la camiseta amarilla de Froome era otro destello más.
En el podio, el británico saludó a los asistentes acompañado del colombiano Nairo Quintana y del español Joaquím Rodríguez, dueños del segundo y del tercer lugar, respectivamente.
Detrás de ellos, un espectáculo de luces proyectado en el Arco de Triunfo sirvió para iluminar la velada a la que también se unió la Torre Eiffel, adornada especialmente para la celebración del centenario.
Froome sorprendió a todos saludando en francés: "Esto es más fuerte que la felicidad. Voy a necesitar mucho tiempo para darme cuenta de que este sueño es realidad. Fue una edición extraordinaria y esta llegada nocturna la convierte en perfecta", dijo el de Sky.
Para el cierre, dejó un mensaje para los que esperan la limpieza en el ciclismo y también para Lance Armstrong, a quien le quitaron sus siete triunfos por utilizar drogas: "Aquí hay un maillot amarillo que resistirá a la prueba del tiempo".