Los primeros días de 2016 bastaron para convertir un viejo temor en realidad. La caída de 5% que el precio del cobre acumula en sólo tres semanas produjo un vuelco en el escenario económico, forzando incluso a que el ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, anunciara una revisión anticipada de las proyecciones fiscales. Pero las acciones que por estos días el Ejecutivo prepara para enfrentar el nuevo ordenamiento económico no se agotan en un ajuste de cifras.

En completo sigilo, desde el segundo semestre del año pasado el gobierno mantiene contacto con empresarios a través de una serie de reuniones con diversos representantes del sector privado, en particular con la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC). ¿El objetivo? Comenzar a trazar los cimientos de un plan con medidas de corto, mediano y largo plazo para reimpulsar la actividad económica y evitar que la inversión privada siga en picada.

La idea ha tomado fuerza y urgencia en las últimas semanas, presionada por el deterioro de los principales indicadores económicos. La última Encuesta de Expectativa del Banco Central arrojó que para 2016 el mercado estima un crecimiento de 2,1%, igual al rendimiento que habría anotado el año pasado. Es más, para el primer trimestre de este año, más de 30% de los encuestados prevé que la economía crecerá menos o igual a 1,5%. El sentido de emergencia se ve agudizado, además, por la proximidad de las elecciones municipales de octubre, cuyos resultados -afirman en el mundo político- marcarán pauta para la presidencial 2017. El jueves último, además, en el Foro Económico Mundial, el ministro Valdés reconoció que "es evidente que nuestra previsión de crecimiento de 2,75% (para 2016) es demasiado alta para cumplirla".

En el Ejecutivo comentan que los anuncios se darán a conocer, probablemente, en marzo próximo. Esto, agregan, una vez que se despeje el debate por la reforma laboral y los cambios a la legislación tributaria.

"Desde el punto de vista fiscal, no podemos mantener la misma política que teníamos antes del deterioro de la economía mundial del último mes y medio. Eso implica adoptar medidas, tanto fiscales como otras de incentivo, que impactarán las expectativas del sector privado", admiten en la cartera de Hacienda.

Acciones de ese tipo han sido adoptadas recientemente en otras latitudes. Esta semana el presidente de Francia, François Hollande, anunció un plan de emergencia para reforzar el empleo y llamó a redefinir el modelo económico y social.

Gestiones reservadas

Si bien el comité de ministros económicos -integrado por los titulares de Hacienda, Energía, Economía, Medio Ambiente, Obras Públicas, Transportes, Agricultura, Minería y Trabajo- está trabajando en la materia, el tema trascendió la esfera técnica y se instaló como una preocupación política en La Moneda.

Tanto así que el jefe de gabinete, el ministro del Interior, Jorge Burgos (DC), encomendó al ex director de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Guillermo Miranda, la misión de tender puentes con el sector privado. En el oficialismo son valoradas las redes que el actual asesor de la cartera construyó con trabajadores y empresarios -como Bruno Philippi y Hernán Somerville- durante la década en que se desempeñó en el organismo internacional. Los encuentros, puntualizan conocedores, han tenido como principal interlocutor a la CPC y se han desarrollado tanto en Palacio como en la sede de la cúpula empresarial.

Sin embargo, el propio Burgos mantiene una relación fluida con el presidente de la CPC, Alberto Salas, y con el gerente general de la entidad, Fernando Alvear. Fuentes de gobierno revelan que una de las últimas conversaciones con la CPC tuvo lugar en dependencias de Interior días después de que la Fiscalía Nacional Económica presentara un requerimiento ante el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia contra tres cadenas de supermercado por colusión en el precio del pollo, el miércoles 6 (ver recuadro).

A la hora de sentarse a conversar, admiten en el Ejecutivo, los cuestionamientos al empresariado han dejado en un escenario favorable a la autoridad, moderando la actitud de crítica que los privados mantuvieron frente a las reformas impulsadas por la administración Bachelet. "En Interior está el interés político de que el tema se instale. A eso se debe la preocupación del ministro y sus gestiones con los empresarios", admiten en La Moneda.

Con gremios como la Sofofa los lazos se generan a través de Hacienda. Ahí la relación es directa, en parte debido a que antes de asumir como ministro, Valdés colaboró con el comité tributario de la entidad.

Invertir en las expectativas

Pese a los temores y a los menores ingresos fiscales que dejaría la minería este año, en Hacienda recalcan que esta coyuntura está lejos de parecerse a la crisis subprime. Por eso, anticipan que el plan en ciernes "no será de reactivación frente a la crisis, porque lo que estamos experimentando es un cambio permanente en la economía mundial (...) El cobre no subirá y el dólar se mantendrá alto". Enfatizan que no hay espacio para más gasto, por lo que medidas como incentivos tributarios están descartadas, ya que un mayor nivel de deuda eleva el riesgo país y, por ende, el financiamiento de proyectos de inversión.

"Chile se acostumbró a que la manera de enfrentar una crisis era gastando. ¿Cómo hacerlo cuando no hay recursos? La forma es apuntando a medidas que respondan al cambio de fondo (...) Lo importante no es cómo volvemos a crecer al 4%, sino cómo mantenemos sólida la economía, hacemos el cambio estructural y evitamos caer como Brasil", comentan en el ministerio.

En el gobierno afirman que el plan que anunciarán hará una "convocatoria", buscando enviar la señal de "que estamos todos en el mismo bote". "Se está pensando en formar una instancia para trabajar con el sector privado", precisan. Y si hay algo en lo que todos coinciden en este momento es que los mensajes para la confianza de los inversionistas que se envíen en los próximos meses serán determinantes. Por eso, en el equipo económico descartan un cambio en materia de derecho de propiedad en una reforma constitucional, cuya materialización, además, quedará al próximo gobierno.

Agregan que la Presidenta Bachelet encargó a los ministros del área que este año el Ejecutivo se muestre más propositivo que reactivo frente al contexto económico. Por eso, hace algunas semanas habría pedido al comité ministerial dar prioridad a la búsqueda de mecanismos para reactivar la economía.

Pero convencer a los inversionistas no será fácil, tras las esquirlas que dejaron las reformas tributaria y laboral. "Es muy difícil elevar la inversión con dos reformas que encarecen el costo del capital. Si quieren hacer algo relevante, deberían reponer el reemplazo en huelga o atrasar en un año la entrada en vigencia del nuevo esquema de impuesto a la renta", critica un empresario.

Medidas en análisis

Más allá de contener las expectativas, en el Ejecutivo buscan áreas donde aplicar acciones específicas que produzcan efectos de mediano y largo plazo. Por eso, hasta el momento el plan contendría medidas nuevas y otras que habiendo sido anunciadas, aún no se concretan.

Es el caso de la creación de un Fondo de Infraestructura que, según Valdés, permitiría aumentar y "traspasar recursos de una concesión a otra de manera más fácil". Esto podría elevar las inversiones. También se buscaría reforzar la agenda de concesiones y reducir los costos de energía, a lo cual responde la estrategia del comité de ministros de comenzar a aprobar proyectos como la central Los Cuervos, en Aysén.

"El ministro de Hacienda debe mantener duro el timón, porque este es un ciclo y no es un tema que pueda corregir con política fiscal. Tiene que buscar cosas que sumen: productividad y competitividad sirven, pero no se ha dicho qué significa. Si logra armar una agenda potente de cosas relevantes, desde el punto de vista de bajar costos de transporte, menos trámites, modernización del Estado; si logra hacer agenda y mostrar un eje y un foco prioritario en el gobierno que marque crecimiento, está bien. Pero nada servirá si no se detienen las reformas que están remando contra el crecimiento", afirma Rosanna Costa, ex directora de Presupuestos.

La economista coincide con el gobierno en que el país no está en crisis. El tema, dice la actual subdirectora de LyD, es cómo evitar caer en esa situación. La clave, asegura, es "dar un golpe de timón con señales concretas de que el crecimiento y el empleo importan". Pero eso requerirá sincerar las promesas de gobierno que no se podrán financiar.

En el Ejecutivo, en todo caso, no descartan medidas específicas y transitorias de empleo "en sectores que estén enfrentando cambios y requieran apoyo en la transición", como la pequeña minería de Atacama . "Pero el cambio que enfrentamos es estructural", insisten.

"Se requiere acelerar los procesos en la entrega de permisos y explicitar a los agentes económicos en forma clara y nítida la ruta a seguir en el mediano plazo, lo cual generará un mayor grado de confianza respecto del futuro. Para elevar la inversión y transitar en la ruta hacia el desarrollo, como país necesitamos acuerdos amplios en un horizonte de largo plazo, donde la estabilidad de las reglas es un factor crucial", opina Alvaro Merino, gerente de estudios de la Sonami.

Como sea, en Hacienda saben que 2016 no será fácil para el Fisco, pues al ser un año electoral, "habrá tensión entre la demanda política por medidas de corto plazo" y los elementos que se requieren para enfrentar el nuevo escenario económico. La tarea no se ve fácil.