Entre 2008 y 2011, Goran Bregovic se consagró como el rey de las fiestas populares en Chile. Con multitudinarias y encendidas presentaciones en lugares como Cartagena, Antogafasta, el Parque Araucano y el Parque La Bandera -muchas de ellas en el marco del festival Santiago a Mil-, el músico serbio llevó a los grandes escenarios una fórmula que en el país se venía gestando por entonces desde lo subterráneo, en fiestas de música gitana y en tocatas de bandas como La Mano Ajena, que fusionaban los ritmos latinoamericanos con géneros como el klezmer y el romá.
A cinco años de su última actuación en Chile, el más popular compositor surgido en los Balcanes las últimas décadas fijó su regreso a la capital, con un concierto programado para el próximo 26 de abril en el Teatro Cariola. Las entradas salen a la venta este miércoles (ver El dato).
Como parte de una gira sudamericana que pasará por Santiago y Buenos Aires, el autor de las bandas sonoras de algunos de los más populares filmes de Emir Kusturica llega para presentar en vivo las canciones de su último trabajo de estudio a la fecha, Champagne for gypsies (2012), un álbum conceptual que funciona como un homenaje al pueblo gitano y a su música, así como un llamado de atención por un tema muy en boga por estos días en Europa: los malos tratos y las expulsiones que han sufrido los romaní en diversos países del viejo continente.
Concebido en el estudio junto a las colaboraciones de artistas como Gypsy Kings, Florin Salam y Eugene Hütz de la banda Gogol Bordello, Champagne for gypsies dio pie a una gira que en los últimos años ha pasado por países como Rusia, Francia y próximamente Australia y Suiza, y que en 2014 tuvo su capítulo más polémico, cuando el Life Festival de Polonia canceló el show del solista luego que éste tocara en Crimea, provincia anexada por la Federación Rusa. Los organizadores de la cita esperaban que el artista condenara la intervención armada de los rusos contra Ucrania.
Tal como en su show de 2010 en el Teatro Nescafé de las Artes, el serbio volverá a actuar en Santiago en un recinto cerrado y junto a su Orquesta para Bodas y Funerales. Un formato más íntimo al de la "gran orquesta", y que incluye trombones, trompetas, saxo, percusiones y un coro búlgaro, con el que repasa las canciones de su último disco, además de otros temas de su repertorio, extraído de álbumes como Alkohol, Karmen with a happy end y Tales & songs from weddings and funerals.