RECONSTRUCCIÓN histórica y relato testimonial. Esos parecen ser los factores claves que han convertido al británico Antony Beevor en uno de los historiadores contemporáneos más prestigiosos del mundo. Formado en la academia militar de Sandhurst, este ex oficial del Regimiento Húsares cumplió asignaciones en Reino Unido y en Alemania durante cinco años antes de colgar el uniforme. Aunque nunca estuvo en el frente de batalla, "realmente entiende el drama y la tragedia de las grandes operaciones militares", ha dicho el reputado historiador militar británico John Keegan sobre la obra de su discípulo más aventajado, que incluyen best sellers como Stalingrado, Berlín, la caída y El Día D, la batalla de Normandía. En entrevista con La Tercera, Beevor analiza el delicado escenario que enfrentan hoy Argentina y Reino Unido a 30 años de la guerra en Malvinas. "La invasión argentina convirtió en una cuestión de principio el que las Falkland nunca podrían ser entregadas sin el pleno consentimiento de los isleños", advierte.
¿Cómo pueden Argentina y Reino Unido cicatrizar sus heridas por la guerra de las Malvinas? ¿Qué deben hacer ambos bandos para superar el trauma?
El trauma y las heridas, creo, se encuentran casi en su totalidad del lado argentino. En América del Sur puede parecer difícil aceptarlo, pero la invasión de las islas en 1982 por un régimen militar brutal causó indignación en Gran Bretaña y unió al país. Las islas Falkland no se habían visto como algo tan importante hasta entonces, y la mayoría de la gente en Gran Bretaña no tenía ni siquiera idea dónde se encontraban. Pero la invasión convirtió en una cuestión de principios el que las Falkland nunca podrían ser entregadas sin el pleno consentimiento de los isleños. El comportamiento de las autoridades argentinas durante su ocupación no hizo mucho para convencerlos de que serían bien tratados bajo mandato argentino. No debemos olvidar también que la derrota contundente salvó a Argentina de la prolongación de un régimen militar brutal. Es de suponer que también tuvo una influencia alentadora sobre los demás países de la región que también querían deshacerse de sus generales en el gobierno. De modo que el trauma también fue, en muchos aspecto, importante, catártico.
A su juicio, ¿es útil la actual ofensiva argentina para recuperar las islas?
Hasta que el gobierno argentino pueda convencer a los isleños de que tendrán una vida más feliz con mandato argentino que bajo su propia administración, es muy poco lo que pueden hacer exitosamente. Ningún gobierno británico de cualquier cariz político podría considerar la entrega de las islas a Argentina sin una convincente mayoría de los isleños que vote a favor de ésta. Sería, de hecho, el peor acto de colonialismo obligar a una población residente de larga data a cambiar su nacionalidad. Eso estaría totalmente en contra de todo principio de autodeterminación democrática.
El historiador británico Lawrence Freedman dijo que, sin la guerra, las islas se hubiesen vuelto "inviables" para Reino Unido. ¿Comparte esa apreciación?
Las islas eran "inviables" en ese sentido, porque no tenían ninguna pista de aterrizaje. La invasión argentina de 1982, y la consiguiente necesidad de defenderlas contra cualquier nuevo intento, obligaron al gobierno británico a invertir grandes sumas en la construcción de un aeródromo que pudiera recibir vuelos de larga distancia. Sólo con comunicaciones internacionales las islas podrían esperar progresar y llegar a ser autosuficientes. No es una cuestión de que las "islas sean viables para Londres". Se trata de que las islas ya no sean una carga para el Tesoro británico. Aunque puede ser difícil de creer para los argentinos, el gobierno británico no se ha beneficiado en absoluto, incluso con la pesca y la prospección de petróleo. Es el nivel de vida de los isleños que ha mejorado fuera de todo reconocimiento. Bajo la Constitución de las islas Falkland de 2008 todos los recursos naturales pertenecen a los isleños y no al gobierno británico. De hecho, la asamblea legislativa tiene el control sobre todos los aspectos económicos de la vida en la isla. El gobernador, que es nombrado por el gobierno británico con la aprobación de la asamblea legislativa, sólo es responsable de asuntos exteriores y de defensa. Esto, ciertamente, no es un acuerdo "colonial" tradicional.
¿Cuál es el impacto del tema en la opinión pública británica y cómo ha cambiado ésta en los últimos 30 años?
Ahora hay una generación que no tiene recuerdos de la guerra. También es una generación que se opuso firmemente a la intervención británica en Irak bajo la administración de Tony Blair. Pero sobre el principio de la autodeterminación, la opinión pública en Gran Bretaña se opone fundamentalmente a cualquier sugerencia de entregar a los isleños a Argentina en contra de sus deseos. Una encuesta de opinión The Guardian/IMC hace poco más de una semana mostró que el 61% de la población de Reino Unido cree que "Gran Bretaña debe proteger a las Falkland, siempre y cuando los isleños quieran protección, no importa lo que cueste". Eso demuestra una actitud muy decidida. Y cualquier consulta sobre sacar a los isleños para permitir que se instale la población argentina podría ser vista como la limpieza étnica y, por lo tanto, es vehementemente rechazada.
¿Qué opina que países de la región se involucren en el reclamo? Por ejemplo, Perú decidió cancelar la visita de una fragata británica en solidaridad con la Casa Rosada.
Entiendo que los países de la región se sienten obligados a mostrar solidaridad con Argentina, pero sería un error ver el asunto en términos simplistas del colonialismo del pasado. Las Falkland no constituyen la idea tradicional de una colonia habitada por personas étnicamente diferentes. Otros países de América del Sur presumiblemente reconocen que Argentina necesita convencer a los isleños, un esfuerzo en el que hasta ahora ha fracasado rotundamente, o que tienen que acordar la salida voluntariamente.
¿Qué importancia tuvo el papel de Chile en la guerra, tanto en términos de logística como en inteligencia?
El rol de Chile en términos de logística y de inteligencia fue sumamente importante, sobre todo en las primeras etapas de la guerra, y para la infiltración de destacamentos de Fuerzas Especiales. Gran Bretaña siempre estuvo agradecida por esta ayuda.
¿Le cabe un rol a Chile hoy?
La única función efectiva que podría desempeñar sería la de tratar de persuadir a Argentina de que tiene que hacer una oferta a los isleños y dar garantías sólidas que estarían felices de aceptar. Esto no es sencillo. Argentina presumiblemente quiere establecer una mayoría en las islas para superar en votos a los hablantes ingleses autóctonos.