Una polémica similar a la de los taxistas tradicionales versus los conductores de Uber se ha instalado también en el rubro hotelero en Chile. Desde la Federación de Empresas de Turismo (Fedetur) y de la Asociación Gremial Hoteleros de Chile exigen que la autoridad intervenga y regule el mercado de los alojamientos que se ofrecen vía internet por medio de aplicaciones o páginas web como Airbnb, Niumba, Homeaway, o la chilena Sinbad. Los gremios consideran que, al incluir oferta de alojamiento de casas o departamento de particulares, es una oferta informal y desleal, ya que funciona sin ninguna regulación ni exigencia, al contrario de los servicios formales, que tributan y son fiscalizados por la autoridad. "Nuestra preocupación es que exista una regulación, no que se elimine o desaparezcan del mercado. Sabemos que ha tomado una posición fuerte en el mercado donde Airbnb llega a ocupar un 20% de la oferta hotelera en algunas ciudades turísticas", señaló Andrea Wolleter, vicepresidente de Fedetur. Agrega que "uno tiene que entender que la tecnología avanza, que las formas de comunicarnos son diferentes, y que estas economías colaborativas nos cambiaron y que debemos adaptarnos de la forma correcta, con las regulaciones que corresponden. Es importante que las reglas del juego estén claras para todos", precisa.
La preocupación de los hoteleros por la irrupción de esta oferta se ha extendido por el mundo, siendo tema de debate en la Conferencia Iberoamericana sobre Hotelería Informal celebrada en Montevideo la semana pasada. Al no poder detener su avance en las redes, la conclusión fue unánime en la necesidad de regular esta oferta por parte de los gobiernos, con un registro ante la autoridad de turismo correspondiente, con patente comercial y sujetos a inspección sobre todo en materia sanitaria y de seguridad. "A diferencia de la polémica entre taxistas y Uber en que el uso de este último se justificaría por el mal servicio que prestan los taxis tradicionales, en el caso de la oferta turística formal no es así. Es variada, de calidad, y abierta para que ingresen nuevos oferentes", precisa Eugenio Yunis, asesor de Fedetur y Hoteleros de Chile. "No queremos que esto se prohíba, porque también aporta a que más gente pueda viajar, pero que esté reglado especialmente en tributación". dice.
Agrega que en ciudades como Barcelona se han tomado medidas más enérgicas como limitar el arriendo particular a un máximo de cuatro meses al año y obligar al dueño a cohabitar con sus pasajeros, en tanto en París se limitó el arriendo a 12 semanas al año. Esto para evitar que crezca como negocio inmobiliario, ya que hay firmas en el mundo que están comprando lotes de departamento o edificios enteros para arrendarlos como particulares vía plataformas web, evitando el pago de impuestos. "Hay estudios en USA que señalan que un 30% de la oferta está en manos de inmobiliarias...ya no estamos hablando de simples particulares, lo que es una competencia aún más desleal", manifiesta Yunis.
Respuesta del gobierno
Según el gremio, el sector hotelero formal genera además 150 mil empleos directos en el país. Consultado el impacto que podría tener el creciente desarrollo de la oferta informal vía internet, desde el Ministerio de Economía, Fomento y Turismo señalan que "recientemente en el encuentro de Ministros de Turismo del Mercosur se ha reflexionado entorno al tema y sobre las adecuaciones que en el mundo se están estudiando para asegurar el cumplimiento de las regulaciones en su funcionamiento".
Sobre la irrupción Airbnb, la plataforma más importante a nivel mundial presente en Chile, y la solicitud de regular su oferta y la del resto de las aplicaciones, indican que "tenemos que generar un espacio para incorporar en el mercado nacional las herramientas colaborativas, asegurando que cumplan con los correspondientes requisitos legales y reglamentarios existentes en nuestro país".