Cuando hace dos años el escritor español Pablo Caralps terminó su última novela, podía jurar que todo era fantasía. Era un relato paranoico sobre un laboratorio que suelta un virus con fines económicos. Pero ya no está tan seguro de que sea pura ficción: Gripe mortal es la historia de una epidemia de influenza que ataca a la humanidad. La inevitable comparación con la gripe AH1N1 no sólo sorprendió a Caralps, puso en alerta a su editorial, Planeta, que aceleró la publicación del libro y lo lanzará simultáneamente en España, Argentina, Chile, Paraguay y México, este fin de semana.

Caralps no es el único escritor que se beneficia con la ex gripe porcina. The great influenza, libro de John M. Barry sobre la gripe española que asoló al mundo en 1918, en los últimos días disparó sus ventas en Amazon.com. Mucho antes, la literatura ya había mirado a los ojos a esa epidemia, hoy cada vez más familiar: el poeta Guillaume Apollinaire falleció en París a causa de la gripe, mientras que la estadounidense Katherine Anne Porter sobrevivió a ella. Y volvió con uno de sus mejores relatos.

En Pálido caballo, pálido jinete (1939), Porter cuenta la dramática historia de amor entre Miranda, un periodista de Denver, EEUU, que se contagia la gripe, y Adam, un soldado que viene del frente de la I Guerra Mundial y que muere a causa del virus. Porter, ganadora de un Pulitzer en 1966, contaba hechos que había vivido. La escritora efectivamente se contagió con la influenza a los 28 años y estuvo al menos un mes internada en el hospital. Salió con el cabello blanco que la caracterizaría.

Stephen King, en cambio, recurrió a la fantasía. Pero quizás adelantó el futuro. En Apocalipsis (1990), el Rey del Terror, imaginó una "supergripe". De los laboratorios del gobierno de EEUU se escapa un virus creado como arma biológica -el Proyecto Azul- con consecuencias catastróficas: entre el 16 de junio y el 4 de julio de 1990 muere prácticamente todo el mundo.

En Italia, el escritor Joseph Thonrborn publicó en 2007 la novela Il quarto segreto: un laboratorio en problemas financieros clona el virus de la Gripe Española de una cadáver que permanecía congelado desde 1918 y lo libera. Si no fuera porque Thonrborn mezcla en su novela las revelaciones de la Virgen de Fátima, sería una historia casi igual a la que cuenta Pablo Caralps en Gripe mortal.

Peste y cólera

Pero la literatura no sólo ha narrado historias de pandemias de influenza. El cólera es el telón de fondo para las novelas La muerte en Venecia (1912), de Thomas Mann, y Amor en los tiempos del cólera (1985), de Gabriel García Márquez, mientras que la peste negra, que azotó Europa en el siglo XIV, también inspiró un par de clásicos: a raíz de esta epidemia un grupo de jóvenes cuenta los relatos del Decamerón, y Daniel Defoe narra en forma pormenorizada la evolución de la pandemia en Diario del año de la peste (1722). Albert Camus, por su lado, habla sobre la peste bubónica en Argelia, en su célebre novela La peste (1947), con el médico Bernard Rieux recorriendo la desolada ciudad de Orán. Otro escritor prefirió la fantasía pura: un virus que transforma en zombies a las personas en Soy leyenda (1954), de Richard Matheson.