"Es tejido graso y suave, pelo y médula ósea de mamut". Con esas palabras Semyon Grigoriev, director del Museo del Mamut de la U. Federal del Este, en Yakutia, Rusia, confirmaba que la expedición internacional que lidera había tenido éxito: encontraron 100 metros bajo la superficie congelada de Siberia los restos de un mamut de más de 10 mil años, con material biológico único que podría ser utilizado para clonar al animal prehistórico. "Aún no se ha descubierto si el tejido tiene células vivas. Si están vivas o no, sólo se sabrá después de detallados estudios de laboratorio, cuyos resultados sólo se conocerán a fines de este año", dijo Grigoriev al medio ruso vz.ru.

Pero ya se tomaron muestras para conservarlas y usarlas en una eventual clonación, un esfuerzo en el que el mundo científico ha estado empeñado desde 1997, sin tener éxito.

Larga búsqueda

La idea de clonar un mamut surgió de la U. de Kinki, en Japón. Y aunque en tres ocasiones recibieron piel y tejido muscular en buen estado desde Siberia, el ADN obtenido estaba inutilizable por el daño provocado por el frío. Pero todo cambió en 2008, cuando Teruhiko Wakayama, del Centro de Desarrollo Biológico Riken, en Kobe, logró clonar un ratón a partir de células mantenidas en congelamiento por 16 años. La técnica usada por Wakayama fue adaptada por los expertos y hoy podría ser la esperanza de concretar la clonación.

Uno de los investigadores que busca traer a la vida nuevamente a un mamut es el surcoreano Hwang Woo-suk, famoso por clonar al primer perro del mundo y también por publicar fraudulentamente que había logrado clonar células humanas en 2004.

Woo-suk participa desde el año pasado con un grupo de investigadores rusos que también pretenden clonar un mamut de Siberia. Ayer, tras conocer el anuncio, se mostró interesado en participar de esta investigación.

Según Grigoriev, Woo-suk necesita encontrar al menos una célula viva para multiplicarla. "Lo que hemos encontrado ya da una esperanza para él", sostuvo.

Quienes ven la investigación desde afuera se muestran escépticos sobre el éxito de la clonación. "Tenemos un largo camino para ser capaces de clonar un mamut. Si bien hay ADN preservado en los restos en Siberia, está muy dañado y no contiene muchas células vivas", dice el profesor Adrian Lister, experto del Departamento de Paleontología del Museo de Historia Natural de Londres, a La Tercera.

De acuerdo al investigador, el ADN puede ser útil para aislar genes individuales y aprender sobre la biología del mamut -su color de pelo, fisiología, etc.-, "pero hacer crecer una cría de mamut es un trabajo largo y el ADN descubierto hasta ahora está demasiado deteriorado", indica.

Oscar Peralta, investigador de la U. de Chile, explica que la eficiencia del método de clonación con células somáticas (el mismo que dio origen a la oveja Dolly) "ha mejorado mucho, pero aún es baja en animales domésticos y bovinos (5% a 10%)". En el caso del mamut, si bien encontrar células vivas es un avance, "se necesita un ovocito al cual implantar el ADN del mamut, y hacerlo en una elefanta no garantiza el éxito".