Tiene unos 40.000 años y fue encontrado en las costa de Zelanda, Holanda. Se trata de un trozo de cráneo de un varón Neandertal -que muestra marcas de una lesión en el hueso- y que representa el primer fósil de este tipo recuperado del fondo del mar. En esta zona ya se habían encontrado fósiles de mamíferos y herramientas. Fue hallado por un paleontólogo belga.