Alex Alvarez, Franco Attolini y Alberto "Beto" Nava se dedican a algo tan atípico como impronunciable: son espeleobuzos, lo que es lo mismo que decir que exploran cavernas subacuáticas. En eso estaban en 2007, sumergiéndose en los cenotes (o cuevas inundadas) de Aktún-Ha, en la península maya de Yucatán, en México, cuando dieron con el premio gordo: tras recorrer 1,2 km de laberintos subacuáticos durante una hora y descender 70 metros encontraron restos humanos: un cráneo con casi todos sus dientes y un húmero, junto a cenizas de una hoguera y los fósiles de un gonfoterio, un pariente del mastodonte y el mamut.

¿El nombre del lugar? La caverna Hoyo Negro. "Apenas lo vimos nos dimos cuenta que era muy valioso. Notamos que los huesos estaban en muy buenas condiciones", dice "Beto" Nava a La Tercera.

Aunque aún no se han realizado los exámenes de carbono y de ADN a los restos -que permanecen bajo el agua-, Pilar Luna Erreguerena, arqueóloga y titular de la Subdirección de Arqueología Subacuática (SAS) del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de México, comentó al sitio web de la institución que hallazgos hechos por otros investigadores en cuevas inundadas en la península de Yucatán datan de alrededor de 10.000 años de antigüedad, época que coincide con la Era del Hielo, período donde tras el calentamiento de la Tierra, y el aumento de los océanos, las cavernas se inundaron hasta los niveles que muestran actualmente y se extinguió la megafauna. Pero Guillermo de Anda, antropólogo de la U. de Yucatán y líder del proyecto, cree que los restos pueden ser incluso más antiguos, de "hace 11 mil a 12 años", comenta a La Tercera. Su tesis es que los humanos convivieron con los gonfoterios en América del Norte. Hasta ahora se sabía que estos parientes del mastodonte desaparecieron en Norteamérica hace 30 mil años, pero un reciente hallazgo de tres flechas de la cultura Clovis asociadas a fósiles del extinto animal en Sonora, México, sugiere que hace 12 mil años ambos compartían esa zona del planeta. Este nuevo hallazgo respalda esa tesis. "Debido a lo alejada y estrecha de la cueva, creemos que el hombre introdujo al animal ahí, suponemos que por las mejores condiciones de conservación", dice De Anda.

El experto piensa que de comprobarse esa data, se demostraría que el humano llegó a esta región del continente mucho antes de los ocho mil años que se pensaba anteriormente, lo que "serviría para comprobar que hubo un poblamiento muy anterior de América".

Lo que viene

Ahora el proyecto pasó a manos del Inah. "Los restos siguen ahí, no se han tocado ni alterado. El equipo de trabajo ha sido muy profesional y esperamos, con el apoyo del gobierno, formar un equipo multidisciplinario para decidir cuándo y cómo extraerlos", dice De Anda. El antropólogo explica que este proceso debe llevarse con extremo cuidado para preservar las propiedades de los fósiles. También, adelanta que "el siguiente paso de investigación formal no pasaría de finales de este año, y contemplaría tomar mejores fotos y realizar la elaboración de mapas y planos de la caverna".

El gobierno mexicano, en tanto, dictó una orden para que nadie pueda bucear en los cenotes de Aktún-Ha, como una manera de asegurar el valor arqueológico de las cavernas submarinas.