"Dejemos esto claro. El golf es un deporte de la burguesía", afirmó el Presidente de Venezuela, Hugo Chávez, durante su habitual programa de televisión el pasado domingo. Sus dichos bastaron para que aumentara la presión por cerrar extensos country clubs, donde se practica este deporte, en especial, en las zonas de Maracay y Caraballeda, al norte del país.
Durante su último programa, Chávez -un reconocido fanático del beisbol- incluso se burló de la "flojera" que caracterizaba al golf por el uso de los "carritos" que transportan a los jugadores a través de las canchas.
A mediados de julio, el concejo municipal del estado de Vargas -al norte de Venezuela- aprobó la expropiación de los terrenos del campo de golf Caraballeda Golf & Yatching Club. Según las autoridades locales, las nuevas obras comenzaron con "permisos fraudulentos, obtenidos en la Cuarta República". En los aproximadamente 15 mil metros cuadrados de extensión del club Carabella, las autoridades pretenden construir viviendas, ya que los "clubes de golf sólo benefician a unos pocos".
Ayer, el periódico estadounidense The New York Times agregó que otro proyecto de un campo de golf que se preparaba en Isla Margarita, con el diseño del arquitecto especialista en el deporte, Robert Trent Jr., estaba suspendido debido a las dificultades de financiamiento generadas por las nuevas políticas del gobierno venezolano. De hecho, ese campo pretendía ser el más completo de Sudamérica.
Estos hechos hicieron recordar que en 1960 el mandatario cubano Fidel Castro también "transformó" los campos de golf en su país, tras perder un partido con el Che Guevara.
El presidente de la Federación venezolana de Golf, Julio Torres, señaló al diario estadounidense que durante los últimos años se han cerrado al menos siete campos de este deporte. De hecho, de concretarse las clausuras en Maracay y Caraballeda, serían nueve los campos "perdidos" en los últimos tres años. Según Torres, la mayoría de los cierres se ha concentrado en las zonas petroleras cercanas a Maracaibo y Monagas, al oriente del país. Torres, por el contrario, recordó que a diferencia de Venezuela, Cuba -modelo socialista al que Chávez admira- dio un giro y hace un año anunció la construcción de 10 campos de golf como un medio de atraer a más turistas.
Esta no es la primera vez que los campos de golf son apuntados por las autoridades venezolanas. En 2006, el entonces alcalde de Caracas, Juan Barreto, firmó varios decretos de expropiación de los campos de golf, ubicados preferentemente en zonas acomodadas de la capital.
Según él, esos terrenos se podrían aprovechar para construir viviendas sociales. Finalmente, la idea fue rechazada por el gobierno venezolano.
Sin embargo, el martes pasado, el Congreso de Venezuela aprobó la Ley de Tierras Urbanas, que permite confiscar al Estado las propiedades que estén abandonadas o en desuso, así como "cualquier otra propiedad que determine el Ejecutivo", por lo que la nueva norma podría aplicarse a campos de golf.
Las repercusiones a los dichos de Chávez sobre el golf llegaron ayer incluso a la Casa Blanca. El vocero del Departamento de Estado, P.J. Crowley, dijo que "la sugerencia de Chávez de que el golf, un deporte verdaderamente mundial, es burgués, es un golpe fallido", dijo en tono jocoso usando términos golfísticos.