A menos de dos meses de la puesta en marcha de la Línea 1 del Metro de Lima, una obra que tardó 20 años en hacerse realidad, el gobierno peruano de Ollanta Humala anunció la construcción de una segunda línea mucho más ambiciosa: subterránea y que llegará hasta el mismo Aeropuerto Internacional de la capital, Jorge Chávez. La intención es que la obra, de unos 35 kilómetros de longitud, esté terminada en cinco años y tendría un costo de US$ 2 mil millones.

"Es una decisión importante para las ciudades de Lima y Callao (donde se encuentra la terminal aérea), ya que dentro de cinco o diez años ambas tendrán 12 millones de habitantes y necesitamos buscar opciones reales para solucionar el problema del transporte", sostuvo Humala el miércoles al hacer el anuncio, después de reunirse con los alcaldes de esos dos municipios capitalinos.

La construcción de la nueva línea no sólo beneficiará a sus habitantes, sino que también ayudará a la modernización de la ciudad, un proceso que se ha observado por dos décadas, gracias al crecimiento económico y las inversiones extranjeras, y que recibió un fuerte impulso con la inauguración de la primera línea del llamado "tren eléctrico".

Humala destacó que entre las ventajas del proyecto está el aliviar el tráfico, mejorar la calidad y competitividad del servicio, ahorrar tiempo a los ciudadanos y no contaminar el medioambiente.

En enero se puso en marcha la Línea 1 del metro de Lima que, a diferencia del nuevo proyecto, es por superficie. En esa iniciativa se invirtieron 290 millones de dólares. El plan maestro del tren urbano de la capital peruana incluye seis líneas. El cronograma de la Línea 2 contempla dos años de estudios técnicos y tres años de construcción.

La nueva línea no ha estado falta de polémica, ya que hará un recorrido muy similar al de los buses del llamado Metropolitano 2.

El jefe de gabinete peruano, Oscar Valdés, destacó que la obra se ejecutará en estrecha colaboración del gobierno con los municipios de Lima y Callao, y resaltó la necesidad de que el tema del transporte sea abordado por una autoridad del más alto nivel.

El proyecto del metro de Lima se puso sobre la mesa en el primer gobierno de Alan García (1985-1990), pero nunca se concretó, en medio de fuertes denuncias de corrupción. El propio García volvió a presentar el plan en su segundo mandato, entre 2006 y 2011, que esta vez sí se hizo realidad.