Su verdadero nombre es Ricardo Rodríguez, vive en Coronel, tiene 38 años y es contador de profesión, pero divide su tiempo entre un programa cristiano de televisión en un canal regional, sus estudios de relaciones públicas en el instituto Aiep de Concepción y sus presentaciones como humorista en distintos escenarios del país. Y aunque hace tiempo que esta última faceta se había ido haciendo más importante en su vida, durante la última semana de febrero llegará a su punto cúlmine: Rodríguez actuará en el Festi- val de Viña, gracias a una negociación que se cerró esta semana.

Pero cuando el humorista sea presentado sobre el escenario de la Quinta Vergara, no será bajo su nombre real, sino el de Zip Zup. Este nombre lo creó inspirado por las caricaturas que aparecían en los sobres de los jugos en polvo Sip Sup, de los años 80.

Rodríguez empezó a pavimentar su camino a Viña el 22 de enero, cuando actuó en el Festival de Olmué, logrando risas y aplausos en el Patagual y consiguiendo el peak de rating para Chilevisión en su tercera noche festivalera: 23 puntos.

Uno de los factores que influyó en el fichaje de Zip Zup es su estilo de "humor blanco", algo que el canal está buscando como una forma de alejarse de las polémicas que marcaron las rutinas de 2011 sobre la Quinta Vergara. Eduardo Cabezas, productor general del certamen, dice que no puede referirse a un artista que no ha sido oficialmente anunciado, pero sí admite que hay una preocupación especial por que no se repita la misma discusión del año pasado respecto del humor. "Fue un tema por el que fuimos muy cuestionados, así es que estamos tomando las precauciones debidas", comenta el ejecutivo, explicando que esto pasa por revisar previamente las presentaciones -algo que también se hizo el año pasado- y, en el caso de los humoristas, buscar a aquellos que se alejen de los chistes más polémicos. "Cuando se anuncia a Tony Esbelt, todo el mundo sabe por dónde va a ir la rutina, porque es similar a la que ha presentado siempre en la televisión. En el caso de un humorista como Bombo Fica, es lo mismo; todos saben por dónde van sus presentaciones. Hay un grupo de humoristas que tiene un estilo particular, con el que se corren menos riesgos, y este año se está apuntando para ese lado. No queremos que el humor sea un punto a criticar", agrega.

La carrera humorística de Rodríguez -que llegó a un acuerdo económico con Viña por $ 12 millones- partió en 1999, año en que ganó un concurso del programa Pase lo que pase, de TVN. Un año después, fue finalista de Nace una estrella, de Canal 13. Después de eso ha participado de Gigantes con Vivi y otros dos programas de Mega: Sábado por la noche y Morandé con compañía, adonde llegó como uno de los concursantes de un segmento llamado El 10 del humor, que se emitió en 2006 y que ganó Charola Pizarro. Zip Zup salió segundo en esa competencia y luego siguió apareciendo como invitado esporádico.

Mientras, en el sur desarrolló su otra carrera frente a las cámaras, en el programa Mateo 29, del Canal Zonal Televisión, que tiene señal entre Arauco y Concepción. Este programa es coanimado por su esposa, con quien tuvo su tercer hijo.

En el último festival de Olmué, Zip Zup realizó una presentación basada en chistes de personajes típicos de Chile, como campesinos, camioneros y también carabineros y funcionarios municipales, que fue uno de los momentos en que consiguió mayor éxito sobre el Patagual.

Con su contratación se cierra el segundo cupo del humor, donde todavía falta un tercer nombre. El tener tres números humorísticos o de variedades es parte del acuerdo que tiene el canal organizador con la Municipalidad de Viña del Mar, por lo que Chilevisión mantiene aún conversaciones con otros artistas para concretar, como el dúo Impact Show, que también se presentó en el festival de Olmué.