Como un hombre irascible, agresivo y nervioso, de "escasa experiencia política y bajo conocimiento del Ejecutivo", define Carlos Huneeus al ex Presidente Gabriel González Videla, a cuyo gobierno dedica 404 páginas que serán lanzadas hoy bajo el título de La guerra fría chilena: Gabriel González Videla y la Ley Maldita.
El texto -que será presentado por el historiador Gabriel Salazar y el ex canciller radical Enrique Silva Cimma- se centra en la política anticomunista que aplicó González Videla, principalmente a partir de la llamada "Ley Maldita", que proscribió al PC en 1948.
Mediante una recopilación de debates legislativos y discursos, Huneeus repasa cómo fue cambiando la relación del mandatario con los comunistas, desde que éstos lo apoyaron en su campaña y lo acompañaron en su gabinete, hasta que fueron puestos en la ilegalidad.
En el relato, Huneeus ocupa también textos de Alberto Hurtado, Pablo Neruda y Augusto Pinochet, para describir las distintas posturas nacionales ante el PC y la Ley Maldita.
"Debemos convencernos de que el mundo es escenario de una nueva guerra. Una guerra invisible, guerra fría, pero guerra al fin", decía González Videla en una de sus giras nacionales en que explicaba sus medidas contra el PC.
La Ley de Defensa Permanente de la Democracia (Ley Maldita) apareció precisamente en momentos en que el bloqueo soviético a Berlín Occidental hacía recrudecer la recién concebida "guerra fría".
Sin embargo, según Huneeus, las presiones de Washington no fueron el principal factor que influyó en la creación de la ley.
Para el director del Cerc, González Videla quería deshacerse del PC para constituir una alianza de mayoría con liberales y conservadores (de derecha). Además, dice, el discurso reivindicativo de los comunistas y su actitud sectaria dentro del aparato estatal incomodaban la gestión del Presidente.
Influencia en FF.AA.
Según contó ayer el autor, la idea de escribir el libro nace de dos elementos. El primero tiene que ver con que Huneeus no encontró literatura suficiente sobre la Ley Maldita. El otro, dice, "surge ante la pregunta de por qué fue tan violento el régimen militar".
Precisamente a partir de este punto nace otra de las tesis de Huneeus: la sistemática campaña anticomunista de González Videla marcó por muchos años posiciones acentuadas en la derecha, a la Iglesia Católica y los militares, las que, según él, tuvieron una fuerte influencia en la crisis de 1973 y el golpe de Estado de ese año.
Huneeus afirma que la mayoría de los generales y coroneles que participaron en el golpe de Estado de 1973, intervinieron en las tareas represivas contra el PC en el gobierno de González Videla.
Y como ejemplo, cita un pasaje del libro Camino recorrido, de Augusto Pinochet, quien como capitán participó en 1947 en la detención de obreros de Humberstone y luego fue nombrado jefe de estado de emergencia en Schwager, Coronel.
"El año en Schwager me dejó numerosas preocupaciones que quedaron arraigadas en mi espíritu; concebí una enorme inquietud por deducir a dónde nos llevaría el movimiento comunista. (...) Pensaba cuán grave sería su regreso como partido", escribió Pinochet.