Señor director:
No se pueden comparar HidroAysén con Rapel -como lo hizo un lector ayer en este espacio-, ya que ambas cuencas son muy diferentes. La cuenca del río Rapel, hoy lago artificial, está alimentada por dos ríos de caudal inconstante, como son el Cachapoal y el Tinguiririca; poca agua en invierno, por los intensos fríos en la alta cordillera central, y agua abundante y turbia en verano motivado, como es obvio, por el calor.
Este fenómeno natural también afecta al río Aconcagua y al Maipo y sus afluentes, como el Mapocho. Pocos se dan cuenta de que las aguas del Mapocho que cruzan Santiago durante el verano son, en su gran mayoría, provenientes del canal San Carlos y son del río Maipo.
No es extraño, por lo tanto, que las aguas del Rapel bajen sin importar la fecha, ya que la planta eléctrica del río Rapel hace uso del embalse cuando la necesidad del país interconectado lo requiere. La represa del Rapel no fue concebida para la entretención y el turismo, sino para generar energía; el turismo es un valor agregado que deberá manejarse atendiendo el fenómeno de que el lago está alimentado por flujos inconstantes de agua.
En cambio, la cuenca en que se instalaría HidroAysén está alimentada por ríos de caudal constante, por la tanto, el fenómeno en Rapel jamás sucederá en esas latitudes si algún día atajan los ríos.
Osvaldo Ortiz