Cerca de 8.000 trabajadores de la aerolínea española Iberia protestaron ayer en aeropuerto de Barajas, en Madrid, por la reestructuración que pretende llevar a cabo la compañía, en tanto que la firma reconoció que deberá reembolsar el dinero a cerca de 10 mil pasajeros que no pudieron ser reubicados en otros vuelos.

Los trabajadores se manifestaron por alrededor de tres horas en Barajas y sólo la intervención de 300 policías logró que la tranquilidad retornara al terminal.

La aerolínea anunció en noviembre pasado que realizará 3.807 despidos, correspondiente a 19% de la plantilla, además de reducir salarios y recortar 15% las rutas este año, para así "volver a ser competitiva".

Los 20 mil trabajadores de Iberia se han organizado para una huelga de 15 días, que se inició ayer y durará esta semana, para luego prolongarse en dos períodos, del 4 al 8 de marzo y del 18 a 22 del mismo mes.

Para esta semana, ya han sido cancelados 415 vuelos de la empresa, el 40% de los programados, pero el impacto también ha afectado a las filiales de la firma como Vueling, Iberia Express y Air Nostrum, que deberán cancelar 807 vuelos para esta semana.

La situación se podría complicar aun más, ya que en esta ocasión no se sumó el Sindicato Español de Pilotos de Líneas Aéreas (Sepla), situación que cambiará para la próxima protesta, donde ya confirmaron su participación.

Iberia, a través de un comunicado, señaló que "operará con normalidad el 90% de los vuelos de largo radio, el 61% de los vuelos a Europa, Africa y Oriente Medio y el 46% de los vuelos nacionales".

En el caso de Chile, la compañía informó que dos vuelos se verán afectados por la huelga y aseguró que "los pasajeros han sido ya reubicados en otros vuelos, con el fin de minimizar lo más posible el impacto negativo que esta huelga pueda causar o se les ha reembolsado su billete si han preferido esta opción".