Después de una larga jornada en el Centro de Justicia, Roque Quintanilla y Mario Vásquez declararon ayer por primera vez respecto de su presunta participación en el llamado "robo del siglo". Se trata del asalto ocurrido el 12 de agosto de 2014, cuando ocho personas ingresaron a dependencias del Aeropuerto de Santiago y robaron $ 6 mil millones desde un camión Brink's.
Ayer, ambos imputados esperaban sentados tras sus abogados, en el segundo día del juicio oral. Allí fueron consultados por su amistad y vínculos laborales. También por la adquisición del vehículo Mitsubishi Montero utilizado en el atraco y la relación que tenían con los demás participantes.
"Estoy preso sin saber por qué", afirmó Vásquez, tras negar rotundamente su participación en el robo. Explicó que conocía a Quintanilla desde la infancia y que trabajaba con él en la compra y venta informal de vehículos, donde limpiaba y reparaba las abolladuras de los automóviles adquiridos. "Una vez en el cuartel (policial), me dicen que tienen un problema y me tienen que esposar", relató, al ser consultado por sus actividades el día del asalto.
Quintanilla, en tanto, quién se encuentra en libertad, declaró cómo y porqué adquirió el vehículo del robo 13 días después del asalto.
"Yo trabajo en eso. Vi que era buena oportunidad de negocio y lo compré para mí", expresó. También se refirió a un catéter, que supuestamente le impediría realizar movimientos rápidos, y a las condiciones de seguridad del condominio donde vive, cuyas cámaras podrían ratificar su historia.
En el juicio, ambos afirmaron no tener conexiones con el resto de imputados. También declararon otros dos testigos que trabajan en el aeropuerto, quienes hablaron de sus roles en las medidas de seguridad y procedimientos rutinarios que ese día se iban a utilizar para el envío de dinero.
El abogado defensor de los dos imputados, Rodrigo Barrera, dijo que "en este caso resulta ilógico que una persona compre un vehículo y lo inscriba a su nombre si conoce su origen vinculado a un delito".
También comentó que "el balance que tenemos es bastante positivo, porque el objetivo era dar nuestra versión al tribunal, que fue lo que hicimos".
El fiscal Eduardo Baeza indicó que "la versión entregada no coincide con los antecedentes de la investigación". Además, a pesar de no tener pruebas directas, advirtió que los individuos deberán corroborar sus versiones: "Nosotros contamos con los elementos probatorios suficientes y ellos deberán acreditar su teoría alternativa, que los sitúa en un lugar y en una hora determinada".
Agregó que los roles de los imputados en el robo se esclarecerán a medida que avance el juicio.