Señor director:

La Presidenta Michelle Bachelet cayó en una peligrosa contradicción. No se puede garantizar un proceso plural, como el constituyente, y anunciar de antemano su resultado. ¿Qué pasaría si un mandatario anunciara un sucesor durante las elecciones? Cualquiera diría que el proceso está viciado.

Pues bien, la incertidumbre de un proceso constituyente es benigna, ya que permite que todos tengan el mismo derecho a influir con sus ideas en el espacio cívico, sea cual sea la forma como se lleve adelante el desarrollo de una nueva Constitución. Es deseable que la Presidenta mantenga y defienda la incertidumbre, porque ésta es garantía de neutralidad.

Bruno Córdova Manzor