"En nuestra sociedad, donde el individualismo pareciera imperar, y donde el interés personal pareciera lo único valioso, queremos decir que lo que construye la felicidad es el compartir", dijo anoche el cardenal arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, tras la cena que la Iglesia de Santiago efectuó en la nave central de la Catedral Metropolitana, junto a 300 personas en situación de calle.
Este encuentro, que se enmarca en el Mes de la Solidaridad y en el Año Santo de la Misericordia, que celebra la Iglesia Católica, constituye un hito histórico al ser la primera vez que la Catedral de Santiago abre sus puertas para realizar una comida en el templo.
Beto, uno de los asistentes, describió la actividad como un momento para visibilizar su situación: "Uno, que es de la calle, lo pasa mal con el frío, el viento y el hambre. Nosotros no tenemos nada y es lindo que otras personas nos apoyen. Jamás lo olvidaré".
Para Linsay, otra de las personas que asistieron, la instancia "fue una fiesta y, por un momento, me sirvió para olvidarme de todo. Agradezco de todo corazón a los organizadores".
Durante los días previos al encuentro, el arzobispo y obispos auxiliares de la arquidiócesis visitaron distintos comedores y albergues para invitar a las personas que asisten a ellos a esta actividad. "Quiero agradecer a mis hermanos y hermanas que están en situación de calle que hayan acogido la invitación", apuntó Ezzati, quien cenó junto a todos ellos.