Pese al ciclo de desaceleración de la economía y su traspaso hacia un ajuste del gasto privado, un sector de la población ha mantenido su capacidad de resguardar mayores fondos para obtener una mejor pensión a futuro. Así lo demuestra el aumento anual de 10,5% que anotó en abril pasado el número de cuentas de ahorro previsional voluntario (APV), vigentes en el sistema de administradoras de fondos de pensiones (AFP), las que totalizaron 987.264 instrumentos.

El 28,2% de las cuentas se encuentran en el Fondo C (de riesgo intermedio), mientras que el 26,5% están en el Fondo A (más riesgoso) y el 23% en el E (más conservador).

Según la Superintendencia de Pensiones (SP), a abril pasado, en tanto, las seis AFP del sistema registraban un saldo acumulado de US$ 2.676,3 millones (equivalente a $ 1.775.469,3 millones) en APV.

De ellos, el 28,54% del saldo se concentraba en el Fondo E, 26,2% en el C y 24,6% en el A (ver infografía).

La creciente volatilidad en el mercado de capitales es determinante para elegir el fondo al que irán los ahorros. Según las cifras de la SP, los cotizantes de ahorro previsional voluntario orientan en su mayoría sus recursos al Fondo C, dado su perfil intermedio: máximo de 40% de inversión en renta variable y mínimo de 15% en renta fija.

El Fondo A permite invertir hasta 80% en renta variable, mientras el E admite sólo 5%. Entre junio de 2015 y mayo último, los APV en el Fondo E rentaron 1,8%; los colocados en los fondos C y A perdieron 0,6% y 3,3%, respectivamente.

El APV comenzó a regir en 2002. AFP Provida tiene el mayor número de cotizantes, 1.631.841 personas. Capital tiene la mayoría de las cuentas de APV: 275.192.

En opinión del socio de la firma de asesoría previsional Vitalicio, Nelson Pacheco, el APV sirve a quienes tienen menor conocimiento en materia financiera, mientras que para cotizantes más informados o con opción de asesorarse, "hay mejores opciones, como fondos mutuos, acciones y otras inversiones, que pudiendo tener costos más altos se compensan con mejores rentabilidades".

Pero ¿cuánto ayuda o no tener un APV al jubilar? La consultora Alfredo Cruz y Cía. hizo el ejercicio para este reportaje. Se definió a una persona que trabaja desde los 25 años, no tiene laguna previsional, aporta a APV un 2% de su renta y ésta se ajusta cada año en 2%.

El cálculo señala que si es hombre, tiene una renta de 74,3 UF, un capital proyectado de 15.576,6 UF, en la modalidad de retiro programado, y sin APV obtendrían una pensión de 75,57 UF. Pero si esa misma persona tuviese 2.749 UF en APV y lo sumara todo, elevaría su pensión a 88,91 UF.

En el caso de una mujer con retiro programado y sin APV, la pensión sería de 48,3 UF. Pero si sumara el capital acumulado en el APV, la pensión subiría a 56,91 UF.

Según los expertos, entre los factores que inciden la contratación de un APV está el perfil del cotizante, pero también los costos y comisiones asociados al instrumento. Agregan que la comisión que cobra una AFP por gestionar el ahorro previsional voluntario -cobro que se aplica sobre el monto administrado- varía entre 0,5% y 0,7%.

Ricardo Ramírez, gerente de inversiones de la consultora previsional Alfredo Cruz y Cía., afirma que las comisiones se han mantenido en ese rango por años. "Es una comisión al saldo administrado, a diferencia de la cotización obligatoria, que es el único instrumento de ahorro e inversión que tiene comisión fija en torno a la renta bruta y no al saldo acumulado", explica

"La AFP es más cara cuando una persona es joven y tiene menos de $ 10 millones en su cuenta. Luego de ese monto, pasa a ser una inversión cada vez más rentable", dice.

Ronald Dempster, socio de Mi Previsión, agrega que para evaluar el tema de las comisiones hay que mirar la relación costo-beneficio de la oferta. "Puede haber una administración de mayor costo, pero se compensa con la mayor rentabilidad que la cartera de inversiones logra por esos ahorros", comenta.

El cobro de la AFP por transferir los fondos por cotizaciones voluntarias, depósitos convenidos o depósitos de APV es otro punto. En algunos casos, duplica la comisión anual de la administradora y puede llegar a 1,44%.

"Estos costos respecto de las comisiones anuales son altos y, a diferencia de los traspasos de capitales previsionales, que no cobran comisión, en el caso del APV sí se cobra. Este factor es importante al decidir un cambio de institución. Los cambios de portafolio o fondos de APV en una AFP no tienen costo", asegura Pacheco.