Podrían ser porteños comunes y corrientes. También podrían ser sacerdotes y religiosas e, incluso, soldados de la Guerra del Pacífico. Son, al menos, 81 cuerpos los que fueron enterrados a partir de 1875 en una catacumba ubicada bajo la iglesia Los Doce Apóstoles de Valparaíso, cuyas historias comienzan a ser desempolvadas por un equipo de Investigaciones.

El trabajo, que desarrollan aspirantes de la Escuela de Investigaciones Policiales en conjunto con el prefecto de Valparaíso, Jaime Loch, está centrado en un antiguo y poco explorado sepulcro ubicado a tres metros de profundidad, muy cerca del Congreso Nacional. Se trata de una galería de casi ocho metros de largo y cuatro metros de ancho que, según los registros parroquiales, fue construido en 1874 para servir como bóveda sepulcral para benefactores de la parroquia, religiosos y miembros de la comunidad.

La investigación, que se inició hace dos meses, ha recuperado algunos archivos históricos, escritos a mano y bien conservados, donde se detalla la fecha de cada defunción y la ubicación de su respectiva tumba. Sin embargo, los datos incompletos de cada fallecido dificulta conocer su origen: el registro sólo incluye el primer nombre y el primer apellido.

"Esa es la principal complicación con la que nos encontramos y eso es lo que ha impedido saber hasta ahora quiénes son ellos. Pero estamos en pleno desarrollo de esta investigación y tenemos la confianza de que vamos a llegar a identificarlos, saber de dónde vienen, cuál es su historia y qué los llevó a ser sepultados en este lugar", explica Loch.

Según los antecedentes recopilados, habría varias religiosas, hombres, mujeres y niños. Se presume que serían de la clase acomodada de la época, que pagaban por sepulcros en estos sitios, tras reconocerse como "pecadores", por lo que buscaban estar cerca de las iglesias para encontrar "un camino más directo" a la redención, explica el historiador Archibaldo Peralta, asesor cultural de la PDI. La investigación también apunta a que habría soldados de la Guerra del Pacífico. "Es una teoría. Este lugar funcionó como hospital de sangre, como lo llamaban, para los heridos en la batalla, al igual que otras iglesias de este sector de Valparaíso", señala Peralta.

Loch explica que se consultarán archivos históricos nacionales e internacionales para ubicar a cada persona, puesto que existe registro de que hace varias décadas fue removido del sitio un condecorado general de origen argentino, tras los saqueos que sufrió la catacumba. "Esto nos da una tesis de que podríamos estar en presencia de héroes de la Guerra del Pacífico", sostiene.

No es lo único. El equipo desarrollará investigaciones de otros sitios subterráneos en Valparaíso, como los fuertes ubicados en las cercanías de la ex Aduana y los naufragios que han quedado bajo tierra.

El resultado de estas indagatorias, que se elaboran en el marco del Bicentenario, servirán para fijar los principales hitos históricos ocultos bajo el subsuelo de Valparaíso. "Queremos generar un mapa, toda una planimetría, del patrimonio subterráneo y los tesoros ocultos de Valparaíso, para que a futuro se pueda generar una ruta donde las personas puedan recorrer y acceder a estas historias, antes de que el mismo desarrollo de la ciudad las termine por ocultar totalmente", dice Loch.