El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, sigue enfrentando días difíciles. A la solicitud de divorcio de su esposa Verónica Lario el mes pasado y las declaraciones de una mujer que aseguró haber recibido US$ 1.300 por asistir a una exclusiva fiesta en la residencia romana del premier, Berlusconi podría enfrentar un complicado escenario judicial.
Así, después de que otras dos mujeres aseguraran haber recibido dinero por participar en eventos en casas de Il Cavaliere, según informó el diario romano La Repubblica, la fiscalía de Bari, al sur del país, está investigando al menos cinco fiestas dadas por el primer ministro en donde se indaga el posible consumo de drogas e inducción a la prostitución. Si bien los cargos no afectan directamente al primer ministro, lo involucran en un escándalo que amenaza con afectar su imagen, ad portas de la cumbre de jefes de Estado del G-8, que debe encabezar en L' Aquila.
La situación empeoró el fin de semana, cuando Barbara Montereale, modelo de 23 años, corroboró al periódico italiano La Repubblica que ella y Patrizia D' Addario -la primera mujer que denunció haber recibido dinero por ir a una fiesta de Berlusconi- sí asistieron al palacio Grazioli -residencia romana del premier- la noche del 4 de noviembre de 2008. Ese día también estaba otra joven, Lucía Rossini.
Montereale detalló que fueron contactadas por el empresario Giampaolo Tarantini -investigado por estafa- para ir al evento realizado la misma noche en que Barack Obama fue elegido como Presidente de Estados Unidos.
Tarantini habría pagado más de US$ 1.000 a cada una de las asistentes. Montereale incluso dijo que D' Addario le confesó que había tenido relaciones sexuales con Berlusconi.
Según su testimonio, las jóvenes asistentes a las fiestas -en su mayoría de Europa del Este- tenían libre acceso a las residencias del premier. Montereale agregó que D' Addario realizaba compras exclusivas en tiendas de Roma, pagadas por un desconocido.
Si bien hasta ahora la fiscalía de Bari no ha probado delito alguno, el abogado de Berlusconi, Niccoló Ghedini, dijo que en el caso de que las jóvenes hubiesen sido pagadas, Berlusconi "en ningún caso es punible penalmente". En todo caso, Berlusconi ha rechazado cualquier vinculación con Tarantino y calificó la información divulgada como "basura".
En tanto, la Iglesia Católica italiana exigió al premier que ponga las cosas en claro "lo antes posible", y que presente pruebas y no sólo palabras respecto a que no tiene vínculos con Tarantini y con la causa que investiga la fiscalía de Bari.