Islandia anunció ayer que decidió retirar su candidatura de ingreso a la Unión Europea (UE), dos años después de la llegada al poder de un gobierno euroescéptico de centro derecha que prometió poner término a un proceso lanzado en julio de 2009.
El ministro de Relaciones Exteriores, Gunnar Bragi Sveinsson, indicó en un comunicado que había dado a conocer esta decisión a Letonia, presidente de turno de la UE, que a su vez dio parte a la Comisión Europea.
"Los intereses de Islandia están mejor defendidos fuera de la Unión Europea", dijo el ministerio en su página web.
Un gobierno de izquierda presentó la candidatura para ser miembro del bloque, en un momento en que la grave crisis financiera del país había quitado la confianza a los ciudadanos en sus instituciones y suscitado el interés por entrar en la zona euro, ante la caída del valor de la corona islandesa.
Tras esta decisión, un tema sigue en suspenso: cómo superar las discrepancias entre Bruselas y Reikiavik sobre las cuotas de pesca, pilar de la economía islandesa. El controvertido asunto jamás fue abordado durante las negociaciones de adhesión, que duraron de julio de 2010 a mayo de 2013.
A su llegada al poder en abril de 2013, la centro derecha congeló las discusiones. El Partido del Progreso (centrista y agrario) del primer ministro Sigmundur David Gunnlaugsson es profundamente antieuropeo, mientras que el Partido de la Independencia (conservador y cercano al mundo empresarial), más dividido, intentó imponer la idea de un referéndum que finalmente no se producirá.
El gobierno islandés aseguró querer mantener "relaciones y una cooperación estrecha" con la UE, con la cual el país está ligado a través de la Asociación Europea de Libre Comercio (Aelc) y el Acuerdo de Schengen relativo a la libre circulación de personas.