Cinco metros de altura y seis toneladas de peso tendrá el moái que hace tres semanas talla y pule en su casa de calle Kaituoe, en Isla de Pascua, el reconocido artesano rapanui Benedicto Tuki Pate (65).
La pieza -uno de los principales símbolos de la etnia local- será donada a Japón, para reemplazar una réplica local de estas figuras, la que fue destruida por el tsunami que azotó la costa asiática el año pasado.
"Esto va a ser una donación de la isla, de toda la gente rapanui hacia el país, y el Presidente de Chile, Sebastián Piñera, lo regala a Japón por un moái que ellos habían hecho, pero se cortó su cabeza, y los niños de un colegio pidieron un moái al Presidente", explica Tuki.
Junto a su hermano Ignacio Tuki (57) y su sobrino Luis Allendes Tuki (34), el artesano va dando forma a la pieza usando cinceles y galletas eléctricas.
Ignacio Tuki vive en Alemania hace 40 años y de paso en la isla, por sus vacaciones, se integró al trabajo. "Es muy bonito poder trabajar en familia y haciendo un moái, que es tan representativo de nuestra cultura", dice.
La iniciativa surgió de Manuel Tuki, el patriarca de 94 años de esta familia, quien al enterarse de la solicitud de los niños nipones decidió participar como familia.
"Pensamos que los japoneses han apoyado en muchas cosas a la isla, así que por eso decidimos regalarles el moái", señala "Bene" Tuki.
La escultura es elaborada a partir de una piedra basalto, extraída de la parcela familiar, en Vaihu. Explican que el moái medirá cerca de cinco metros y pesará alrededor de 2.500 kilos, pero al incluir la base de piedra y el pukao (o tocado) que tallarán en hani hani (escoria roja), su peso podría llegar hasta los seis mil kilos.
Patrocinada por la CAP, la familia Tuki espera terminar la obra en pocos días. Sobre su traslado desde Rapa Nui, aún no se ha definido si irá directo a Japón o primero será transportado hasta Santiago. "Eso lo decidirán ellos. Nosotros entregamos el moái y la decisión de cómo llevarlo la verán ellos", afirma Benedicto Tuki, recordando que hace dos años que no se elaboraba un moái a gran escala en Isla de Pascua.
"Estoy feliz de hacer estos moáis. De todos los que he hecho, nunca nadie me dio un peso. Es una decisión personal, que es promover la isla", sostiene Tuki, quien ha hecho esculturas a gran escala en Santiago y ciudades de Suiza, Alemania, Francia, Canadá y Holanda, entre otras.
Japón ha colaborado en la conservación del patrimonio cultural desde 1995, cuando ayudó con el financiamiento de la restauración del Ahu Tongariki, el más importante y grande de la isla, con 200 metros de largo y 15 moáis, y que sufrió severos daños a raíz del tsunami de 1960.