FINES de 1985, David Feuerstein se paró frente al entonces Presidente de la República, Augusto Pinochet, en su oficina de La Moneda. "Queremos festejar Janucá al aire libre, para acercar nuestra cultura al resto de la gente", le propuso al general. La respuesta fue rotunda: "No hay problema, yo me encargo de conseguir el lugar". Desde entonces, cada año en el mes de diciembre se celebra esta tradición judía en la Plaza Schneider, justo en Av. Américo Vespucio con Av. Kennedy.
"Al principio eran 30 o 40 personas, ahora llegan cientos de familias", cuenta Feuerstein, quien sobrevivió al exterminio de judíos en Alemania durante la II Guerra Mundial y ahora es presidente de Jabad Lubavitch de Chile, una institución judía internacional que tiene 3.300 sedes en el mundo.
Este año, Janucá -también conocida como la "fiesta de las luces"- se celebra entre el 1 y 8 de diciembre, y en ella se conmemora la derrota de los helenos y la recuperación de la independencia de los judíos a manos de los macabeos, en el siglo II a.C., además de la erradicación en el Templo de Jerusalén de imágenes paganas. La historia habla de un milagro: durante ocho días se mantuvo encendido el candelabro del templo con aceite suficiente para apenas una noche.
Ese mismo candelabro o "janukiá" es el símbolo central de la festividad. Además de encenderse en los hogares de las familias hebreas, desde hace algunos años se viene haciendo de manera pública en distintos puntos de la capital. Según el presidente de la Comunidad Judía de Chile, Gabriel Zaliasnik, es algo que se repite en todo el mundo. "Hay cerca de 25.000 judíos practicantes en Santiago y la idea es mostrar la variedad de cultos que hay en la sociedad chilena", cuenta. Por eso, a la fiesta en la Plaza Schneider se han sumado otras nuevas, como la del Parque de Las Esculturas, en Providencia; en el Parque Los Dominicos y un evento oficial en La Moneda.
El primer acto masivo de este año es el de la Plaza Schneider, que tendrá lugar hoy, a las 19 horas, y al que están invitados miembros de la comunidad judía, vecinos del sector, autoridades de gobierno y diplomáticas. Esta vez, asumirán la tarea de encender las velas el ministro secretario general de la Presidencia, Cristián Larroulet, y el titular de Interior, Rodrigo Hinzpeter. "Nuestro janukiá mide cerca de seis metros y hay que subirse a una grúa para prenderlo", cuenta Feuerstein. "Debe hacerse a la hora del crepúsculo, para iluminar la noche y mostrar el milagro de la luz", dice.
Además del rito del candelabro, la costumbre es comer cosas fritas. "El símbolo del aceite también se representa en la comida. Lo típico es que haya berlines. El milagro es que no te suba el colesterol y engordes", dice entre risas el rabino Daniel Zang, miembro de la Comunidad Israelita Sefaradí, la cual organiza desde hace cuatro años esta fiesta en el Parque de Las Esculturas de Providencia. "Somos cerca de 400 familias, sobre todo hebreos de origen judeo-español. Pero a la fiesta pueden llegar los que quieran", agrega. Ahí se les podrá ver el martes 7 de diciembre, a las 20 horas.
Uno de los invitados es el alcalde de la comuna, Cristián Labbé, quien dará un discurso durante la ceremonia: "Se pusieron en contacto con el municipio hace unos años y estamos contentos de participar".
Según Zang, se trata de un evento en el que, además de realizar bendiciones y comer berlines, la gente baile y canta. "Tendremos presentaciones de 'rikudim', grupos de baile que danzan en torno al janukiá", cuenta. "También se anima el ambiente con música 'klezmer', típica de Europa Central y muy alegre", agrega Zang.
Al día siguiente, en el Parque Los Dominicos, la comunidad Ruaj Ami celebrará por primera vez el Janucá al aire libre. Esta agrupación es más pequeña, cuenta con 80 integrantes y existe desde hace solo tres años en el sector de San Carlos de Apoquindo. El rabino Jaim Koritzinsky dice que fueron los mismos miembros de la comunidad los que construyeron el janukiá de acero. "Prendemos el candelabro con una larga antorcha y, como es el último día de Janucá, se encenderán todas las velas", explica.
Como es tradición, habrá berlines y bebidas. "El Coro de Israel cantará canciones conocidas como 'maoz tzur', habituales en esta fiesta y que hablan sobre la historia judía y su lucha por ser independientes", cuenta el rabino.
Para culminar, también al Palacio de La Moneda llegará Janucá, el viernes 10 de diciembre. Por segundo año consecutivo, la Comunidad Judía de Chile, dirigida por Gabriel Zaliasnik, será recibida en el Patio de Las Camelias de la casa de gobierno. "El año pasado le propuse al entonces ministro secretario general de la Presidencia, José Antonio Viera-Gallo, realizar una ceremonia oficial en La Moneda, al igual como se hace en la Casa Blanca o en el Kremlin de Rusia", cuenta Zaliasnik. Según él, Janucá se ha convertido en una celebración cosmopolita.
Será un evento sencillo. "Va a cantar el coro del Instituto Hebreo y estará presente la guardia de honor de la Quinta Compañía de Bomberos de Ñuñoa, que es la de Israel", dice Zaliasnik. El año pasado, la Comunidad Judía de Chile regaló al gobierno un candelabro de plata. La primera vela la encenderá el Presidente, en honor a quienes trabajaron en las zonas devastadas por el terremoto. Para comer: los infaltables berlines.