En un intento por zanjar el debate sobre la pena de muerte, ayer Japón mostró, por primera vez, sus cámaras de ejecución.
La habitación -en la foto- se utiliza para ahorcar a los condenados a esa pena y tiene una trampa que se abre para la ejecución del individuo. En la sala contigua se manipulan los botones que accionan el mecanismo, explicaron ayer funcionarios del ministerio de Justicia nipón.
No se precisó el lugar de la sala "por motivos de seguridad", ni tampoco el ministerio accedió a mostrar la soga que se utiliza en la horca. Una encuesta hecha por la agencia Kyodo mostró que un 75,9% de los consultados se mostró a favor de la pena capital. Japón es uno de los pocos países desarrollados que sigue aplicando la pena de muerte, lo que le ha valido las críticas de la ONU y la Unión Europea.