"Sentimos un profundo remordimiento", dijo el primer ministro japonés, Naoto Kan, en el discurso que pronunció ayer durante la conmemoración de los 65 años de la rendición de su país en la Segunda Guerra Mundial.

En el estadio Budokan de Tokio, y frente a unas seis mil personas -entre las que se contaban el emperador Akihito y su esposa, la emperatriz Michiko-, el jefe de gobierno nipón lamentó el sufrimiento causado por su país durante el conflicto mundial.

"Causamos gran daño y sufrimiento en muchas naciones durante la guerra", afirmó el premier, haciendo especial hincapié en los perjuicios producidos en Asia, donde la derrota de Japón también significó el fin de su expansionismo en la región.

El 15 de agosto de 1945, pocos días después de que Estados Unidos lanzara las bombas atómicas en las ciudades de Hiroshima y Nagasaki, el emperador Hirohito -padre de Akihito- anunció a través de un discurso radial la "rendición incondicional" de Japón a las fuerzas aliadas.

Además de ofrecer disculpas, Kan aseguró que Japón contribuirá activamente al establecimiento de una paz mundial duradera.

Tras el mensaje del primer ministro, los asistentes a la ceremonia guardaron un minuto de silencio en memoria de las víctimas del conflicto, antes de que el emperador Akihito se dirigiera al público para manifestar su anhelo de que el horror de la guerra no se repita.

Antes de la ceremonia, Kan visitó un cementerio en Tokio para depositar una ofrenda floral en memoria de los soldados japoneses fallecidos. Sin embargo, evitó acudir al controvertido templo de Yasukuni, lugar que conmemora a los 2,5 millones de soldados japoneses muertos en combate y que en esta fecha es concurrido por miles de personas, pese a que el monumento también honra a algunos uniformados acusados de crímenes de guerra.

En ocasiones anteriores, el templo Yasukuni estuvo en el centro de las controversias, ya que durante el gobierno del primer ministro Junichiro Koizumi (2001-2006), el premier visitó varias veces el monumento, lo que causó duras críticas de China y Corea del Sur.

El discurso del premier nipón se produjo cinco días después de que Kan pidiera formalmente perdón a Corea del Sur por la ocupación colonial que Japón mantuvo en su territorio entre 1910 y 1945.

Ayer, el Presidente surcoreano, Lee Myung Bak, dijo que esas disculpas suponen un paso adelante, aunque destacó que todavía quedan cuestiones que deben ser resueltas, en referencia a algunas disputas que no han terminado, como el conflicto territorial en torno a las islas Dokdo, cuya soberanía es reclamada por Tokio.

Estados Unidos lanzó el 6 de agosto de 1945 la primera bomba atómica sobre Hiroshima, y tres días más tarde, sobre Nagasaki. Producto de estos dos ataques murieron alrededor de 220 mil japoneses.

Ceremonia en Londres

Por su parte, en Londres también se conmemoró el domingo el final del conflicto. El primer ministro británico, David Cameron, y el príncipe Carlos se reunieron con algunos veteranos de guerra para recordar a los 30 mil soldados británicos que cayeron en batallas libradas en territorio oriental, además de los 12.500 uniformados que se estima que murieron en cárceles japonesas como consecuencia del conflicto.

"No debemos olvidar el sacrificio de los que sirvieron a nuestro país. Lucharon y sufrieron en todo el mundo en condiciones feroces", afirmó Cameron. En la conmemoración, también habló sobre sus compañeros caídos John Nunneley, un soldado que luchó en Birmania. "Con ellos, renovamos nuestro compromiso. Al anochecer y al amanecer, los recordaremos ", dijo el veterano de guerra.