Javier Duarte, de 55 años, es considerado un actor relevante en la historia del tenis español. Formó y llevó a ser número dos del mundo a Álex Corretja. Lo mismo hizo con Alberto Berasategui, a quien convirtió en el séptimo mejor jugador del planeta. Y le dio la primera Copa Davis de su historia a España, en 2000. "La primera, ¡la buena!", dice, entre risas, desde Barcelona, ciudad desde donde sigue cada paso de Christian Garin, quien será su pupilo a partir de la próxima temporada.

¿Cómo se produjo el contacto para que fuera técnico de Christian Garin?

Me llama su mánager (Joan Suasi) y me dice que Christian está buscando entrenador, seguimos conversando un poco y al cabo de unos días quedamos en que sí. La misma tarde que hablé, me puse a ver videos de él.

¿Cuál es su sensación de trabajar con él?

Evidentemente, me hace mucha ilusión. Tengo muchas ganas de trabajar con él y espero que nos vaya bien, que no haya ningún problema... Todo irá perfecto.

Y por lo que ha visto, ¿qué opinión se ha formado de él?

Hace un mes y medio estaba en torneos ATP, por lo que no había podido verlo. Antes lo había visto jugar, pero no lo había seguido cada semana. Apenas supe que iba a dirigirlo, me puse a ver videos suyos y he visto por Internet los partidos que está jugando ahora. Creo que es un chaval con un gran futuro, tiene que creérselo y trabajar duro. Es un jugador que está acostumbrado a jugar en tierra batida, pero creo que puede jugar en todas las pistas, porque tiene un buen servicio y una buena derecha. Habrá que verlo y hablar con él primero. Despacio y tranquilo.

Una de las complicaciones que ha tenido es que no ha podido viajar con un entrenador estable. ¿Usted lo acompañará en los torneos?

Lo he hecho siempre con todos los jugadores que he dirigido, y con Christian no será la excepción: me voy a dedicar a full time a él.

¿Ya tiene pensado cómo van a preparar la próxima temporada?

Estoy conversando con su mánager y creo que de momento lo mejor es dejar que Christian juegue los partidos que le quedan, que juegue lo mejor que sepa y luego comentaremos el calendario con él.

¿Cree que la presión le ha afectado en su despegue?

Todas estas cosas y cómo afrontamos esto lo veremos en Barcelona. Si ése es el motivo o es otra cosa...

¿Cómo afronta este desafío a estas alturas de su carrera?

Yo comencé con Álex Corretja cuando tenía 11 años y con Berasategui cuando tenía 15. Me refiero a que no sólo los he entrenado cuando eran buenos. También entrené a Carlos Costa (el otro mánager de Garin), cuando ya era bueno. Pero también he trabajado con jugadores en la situación de Christian, con los que hemos tenido que partir incluso de mucho más abajo de donde está Christian. A Pablo Carreño lo tomé 700 y pico y llegó a ser 49. Para mí esto no es nuevo.

¿Esto es una motivación extra?

No se puede imaginar las ganas que tengo de empezar con Christian. Estoy convencido de que todo va a ir bien, y estoy convencido porque el chico lo vale. Porque no hay entrenador milagro. Los buenos son ellos, lo que hay que hacer es sacarle el máximo provecho a lo que él tiene. Y eso es lo que intentaremos hacer.

Se habla mucho de la idea de que en 2016, Christian Garin tendría que despegar.

Vamos a ir paso a paso y despacio. Es preferible hacer las cosas bien a ir muy de prisa. Pero estamos confiados en que todo irá bien.

Apenas supieron que usted dirigiría a Christian Garin, figuras como Fernando González y Nicolás Massú se pusieron contentos con este nuevo paso.

Lo agradezco porque tengo buena relación con González y Massú. Yo de pequeñito vi jugar en el Club de Tenis Barcelona a Jaime Fillol, Álvaro Fillol, Pato Cornejo, (Belus) Prajoux. Conozco a todos los chilenos. Y en la época de competición coincidí con Fernando, con Massú y mucho con Marcelo (Ríos). Con él fuimos más contrincantes porque él jugó finales con Corretja y Berasategui, fue una relación muy competitiva en la pista.

Y de todos los que nombró, ¿a cuál o cuáles destaca?

Pato Cornejo tenía un saque con el que alucinaba. Hans Gildemeister también jugaba bien. Por talento diríamos que Marcelo. A mí me entusiasmaba ver cómo jugaba tan fácil. Fernando también fue un gran tenista y Massú consiguió unos éxitos bestiales, como los Juegos Olímpicos.

A propósito de Massú y Ríos, ellos están a cargo del equipo de Copa Davis. ¿Conversará con ellos?

No tengo ningún problema. Yo me llevo muy bien con todos. Cualquier cosa que necesiten en saber, que no tengan ninguna duda en llamarme, yo los atenderé y les hablaré de lo que sea necesario.

¿Tiene contemplado estar en Chile para la serie ante República Dominicana, en marzo?

Son muchas preguntas que todavía no estoy condiciones de responder, porque hay que conversar todavía. Yo lo único que puedo decir es que estoy encantado, que tengo muchas ganas, y que creo que Christian tiene que ir poco a poco y creer en él de verdad e intentaremos ayudarle en esta labor. Pero él es el jugador y él es el que va a ser bueno o no.

Con Carreño hizo algo parecido.

No está mal lo de Carreño, eh. Entonces, ¿por qué nos tendría que ir mal ahora? Nos va a ir bien, pero tenemos que trabajar primero.

¿Cuál es la clave para que todo funcione bien?

La importancia es, básicamente, que nos entendamos y nos comuniquemos. La única obligación del entrenador es intentar sacar el máximo que tiene cada jugador. Si Christian está tan motivado como yo, que espero que sí, esto tiene que funcionar.