Dave Holland tenía 22 años y un poco de experiencia como contrabajista en los clubes de jazz de Londres, cuando se unió al quinteto de Miles Davis, en 1968. Era un momento clave.
El trompetista, que había redefinido el jazz con Kind of blue (1959), estaba germinando una nueva revolución, esta vez en la fusión del jazz y el rock, y Holland estaba ahí, junto a los noveles Chick Corea y Herbie Hancock, para grabar los discos In a silent way (1969) y Bitches brew (1970).
Con aquella escuela, Holland labró una destacada carrera, desde su debut solista en 1972, que se orientó con fuerza hacia los senderos más contemporáneos del jazz, con frecuentes colaboraciones con John McLaughlin, Jack Dejhonette, Pat Metheny y su conocido Chick Corea.
A cuatro años de su última visita (vino en 2006 y 2008), Holland regresa a Chile con su quinteto para dar dos conciertos, en el Centro Cultural Montecarmelo (jueves 29, 21.00 h, entradas desde $ 13.000 a $ 25.000), y en el Festival de Jazz de San Bernardo (viernes 30, 20.00 h, gratis).
A Holland lo acompañarán los mismos músicos de sus visitas anteriores: Robin Eubanks (trombón), Steve Nelson (vibráfono), Chris Potter (saxo) y Nate Smith (batería)