Corría 1982, Jeffrey Eugenides tenía 21 años y terminaba un viaje por el mundo, en que puso en práctica la más radical caridad católica. Después de tres meses trabajando como voluntario en el hogar de la madre Teresa, en Calcutta, asistiendo a leprosos y moribundos, supo que esa no era la vida que quería llevar. Volvió a Estados Unidos y a su pasión original, la literatura. Treinta años después, los mundos se mezclan: en la última novela de Eugenides, La trama nupcial, uno de los personajes hace exactamente el mismo viaje, impulsado por la misma fascinación cristiana. "Es un tributo a mi juventud", dice el escritor.
Publicada el año pasado y ahora en Chile, La trama nupcial fue el esperado regreso de Eugenides a diez años de su celebrada Middlesex (Premio Pulitzer 2002). Aplaudida por la crítica, en la ola de reseñas un personaje llamó la atención, Leonard Bankhead, quien rápidamente fue asociado al fallecido escritor David Foster Wallace. Ambos mascan tabaco, usan pañuelos en la frente, son brillantes, depresivos y los acecha el suicidio. Eugenides se limita a negar las similitudes. Está más preocupado del guión, basado en la novela, que llevará al cine Greg Mottola (Supercool, Adventureland).
Lo que no niega es que su viaje a la India esté en el libro. En el papel, esa travesía la realiza en la novela Michael Grammaticus, el tercero imposible de la relación entre Leonard Bankhead y Madeleine Hanna, ideóloga tácita de todo libro. Eugenides organiza La trama nupcial en torno a la tesis en que trabaja Madeleine para la universidad, un contrapunto de las novelas de amor decimonónicas y las trampas del discurso amoroso, según Roland Barthes.
La novela arranca con un vertiginoso retrato de la vida en la Universidad de Brown y el devastador efecto que a inicios de los 80 provocó el arribo de las teorías posmodernas de Derrida, Foucault y compañía, en los estudios humanísticos. Desde un bosque de citas literarias -de Jane Austen a Barthes, etc.- Eugenides lleva La trama nupcial a un tema mucho menos teórico: el paso hacia la adultez de Madeleine, Leonard y Charlie.
Desde Nueva Jersey, donde vive y da clases en la Universidad de Princeton, el autor de Las vírgenes suicidas cuenta al teléfono que La trampa nupcial viene de los escombros de una novela sobre una poderosa familia de Detroit. Madeleine era parte de ese libro. Cuando Eugenides narró su paso por la universidad, encontró el libro que buscaba: "La base de la novela está en la irónica situación de que Madeleine está en un curso de semiótica estudiando el discurso literario sobre el amor y se enamora de un compañero de clase", dice.
Las novelas y el estudio literario, de hecho, definen las relaciones de Madeleine.
Me interesa el poder del arte en la vida de las personas. Me interesa cuánto de esas novelas amorosas, como las de Jane Austen, han influenciado nuestra percepción sobre el amor, romance y el matrimonio. Cuánto de esas novelas se ha convertido en realidad en nuestras vidas.
En la fascinación de Madeleine con Austen, George Eliot o las hermanas Bronte, ¿hay un homenaje a sus novelas?
No. No quería escribir ese tipo de libro. La trama nupcial es un tributo a un tiempo en el que llegamos al final de todo un sistema de referencias culturales. Un tiempo en el que podíamos decidir qué tomar y qué abandonar de la tradición cultural y literaria.
Entonces, ¿para usted autores como Derrida o Barthes fueron importantes?
Tuve una relación de amor y odio con ellos. Primero me atrajeron sus ideas, creo que me influenciaron mucho, pero también los resistí. Supongo que Focault se puede rastrear en Middlesex, pero en esos años para mí fueron más importantes los autores como James Joyce o escritores experimentales. También Nabokov o Bellow.
¿Qué tan autobiográfica es esta novela? ¿Foster Wallace es la inspiración para el personaje de Leonard?
Ese rumor es falso. De hecho, no puedo decir que fuéramos amigos. Nos vimos una vez en Italia y tuvimos cierta correspondencia. El personaje de Michael sí tiene algo autobiográfico: hice ese viaje, estuve en el hogar de la madre Teresa. Esta novela es sobre un tiempo real que viví. Siempre escribo sobre lo que he vivido.