Si bien el show que Jennifer Lopez hizo en Caracas el sábado en la noche se realizó a pesar de la fuerte tormenta tropical que azotaba el lugar, el fenómeno meteorológico sí afectó sus planes de otro modo: retrasó su arribo a Santiago.

Es por eso que la diva no llegó durante la madrugada como determinó su equipo, sino que su avión privado aterrizó en Aerocardal pocos minutos antes de las nueve de la mañana.

Pero Lopez recién bajó de la aeronave unos cuarenta minutos más tarde. La razón fue dejar dormir un poco más a sus hijos Max y Emme y luego abrigarlos de manera adecuada para el frío de Santiago. Los mellizos de cuatro años se contaban entre la quincena de personas de su círculo más íntimo que viajaron con ella.

Una vez fuera del avión, Lopez se vio de buen ánimo y completamente preocupada de sus niños y de llegar de manera rápida y segura al hotel Ritz-Carlton: pidió que se intalaran las sillas de los niños que traía con ella en el auto que la trasladó. En este lugar se aloja junto a su novio, Casper Smart, su hermana menor Lynda y Tiana Rios, su prima y asistente, entre otros.

Al igual que sus acompañantes, durante el día la actriz y cantante -que se presenta este martes en Movistar Arena, con su primer show en solitario tras su visita con su ex esposo Marc Anthony en 2009- descansó en su hotel.

El resto del staff de la artista, desde el equipo de técnicos a su maquillador y estilista, retrasaron su llegada desde Caracas para esta mañana, desde donde viajarán en un vuelo charter.

Su muy buen momento

En este nuevo paso por el país -el último fue en diciembre para grabar parte de su programa de talentos ¡Q'Viva! The Chosen-, la intérprete de Let's get loud llega al país en un momento casi inmejorable en su carrera. Mientras su disco Love? contiene hits como In the floor, que la volvieron a poner en lo alto de Billboard, es parte del elenco de la versión cinematográfica del best seller What to expect when you're expecting?, además de firmar contrato para ser jurado de American Idol para un segundo ciclo.

Principalmente, por la exposición que le ha dado este programa, es que la artista estadounidense de origen puertorriqueño se quedó con el primer lugar en la última lista elaborada por la revista Forbes para las cien celebridades más poderosas del mundo, superando a personalidades como Oprah y Lady Gaga, saltando nada menos que del puesto número 50, la modesta posición que ocupó apenas un año antes.