Jimmy es un pequeño ser blanco con un nombre tan modesto como sus 60 cm de altura. Jimmy es el último robot de Intel, con una misión distinta a otros modelos del mercado: masificar esta tecnología para hacerla accesible a todos los hogares. Todo gracias a su también diminuto precio: 500 dólares, unos 250 mil pesos.

El valor es una fracción de otros modelos, como el Kilobot, cuyo precio ronda los 1.600 dólares (casi un millón de pesos) o de mascotas robóticas que superan los 15 mil dólares (siete millones y medio de pesos). O el desaparecido Qrio de Sony, diseñado para interactuar con humanos, pero que fue descontinuado en 2006 por la empresa nipona junto al perro autómata Aibo antes de salir al mercado, una decisión basada en su alto precio y dudosa utilidad.

Igual fortuna corrió Wakamaru, un robot lanzado en 2005 por Mitsubishi para ayudar a los ancianos en sus tareas domésticas. Las primeras 100 unidades se vendieron en 14 mil dólares (siete millones de pesos). Ya no se comercializa y hoy sólo es posible arrendarlo.

Jimmy, en cambio, no se venderá en tiendas ni será encargado por internet. La idea es que cada persona pueda descargar las instrucciones y los modelos y armarlos desde sus casas o en un colegio gracias a que sus partes podrán ser creadas en impresoras 3D como la Makerbot, que vienen con los materiales.

El software de la inteligencia artificial que lo controlará será construido por los propios usuarios, gracias a un manual descargable por internet, el que también será gratuito y podrá modificarse para que haga lo que su dueño desee.

"Con los avances de la impresión 3D y la miniaturización electrónica nos dimos cuenta de que hoy ya es posible cooperar y hacer robots", cuenta Brian David Johnson a La Tercera, futurólogo de la compañía a cargo de un pretencioso proyecto bautizado "El Robot del Siglo 21". Jimmy es el primer humanoide concebido por la iniciativa.

Alejado de las tareas actuales de la robótica, como el entretenimiento o la producción fabril, la nueva robótica debe enfocarse, según Johnson, en equipos fáciles de construir, sociales, de código abierto, es decir, que la comunidad ayude a crearlos y, por sobre todo, económicos.

Para Johnson, hasta ahora el costo de los robots ha sido la principal barrera de entra dade esta tecnología.

"Los actuales robots del mercado son muy costosos, con valores de varios miles de dólares y sin un sistema de inteligencia muy desarrollado", dice, lo que, a su juicio, limita su potencial.

Actualmente el costo de Jimmy bordea los mil dólares, aunque Johnson espera que para mayo de 2014 cuando el proyecto sea lanzado, su costo descienda bajo los 500 dólares.

Historias de ficción

El proyecto surgió hace 10 años, cuando Johnson comenzó a colaborar con otros científicos, con los que escribió historias de ficción basadas en lo que los robots podrían hacer con la tecnología disponible.

"El objetivo principal de este robot es que sea un producto social, creado para interactuar con humanos y con otros robots", dice el ingeniero de Intel. Uno de los potenciales usos es la posibilidad de que sirva de asistente para gente de tercera edad que requiera tomar una medicina (como una especie de alarma, pero más amigable), o para ser controlado a distancia por redes sociales.

"Queremos que sea el smartphone de la robótica, un sistema cuyo límite y potencial depende sólo de la imaginación de sus usuarios", dice.