En Estados Unidos hablan de "decepción" y "fracaso", mientras que en Chile, John Carter, la nueva apuesta fantástica de los estudios Disney, lidera cómodamente la taquilla desde su estreno, el jueves pasado, con más de 48.700 espectadores. Si bien lleva sólo algunos días exhibiéndose en cines del mundo, la recaudación que ha obtenido la cinta protagonizada por Taylor Kitsch en Norteamérica contrasta con sus números fuera de su país de origen. Sumando Europa, Asia y América Latina, el filme logra cerca de 70 millones de dólares recaudados, más que los 30 millones que obtuvo el pasado fin de semana en EE.UU. Una cifra decepcionante para los estudios del ratón Mickey, que invirtieron 250 millones de dólares en llevar a la pantalla grande la historia que Edgar Rice Burroughs publicó en 1912 y que era la mayor realización contemplada para este 2012.
El de John Carter no es el primer caso en que una cinta estadounidense obtiene mejores resultados en el resto del mundo. Ocurrió recientemente con Viaje 2: La isla misteriosa, protagonizado por "La Roca" Dwayne Johnson, que con 90 millones de dólares obtenidos en Norteamérica, no pasó del tercer lugar de las preferencias del público. Fuera de sus fronteras sumó más del doble, y en Chile, por ejemplo, se ubica como la cinta más vista en lo que va del año. De hecho, el largometraje se estrenó primero en Oceanía y en países como Corea del Sur, Hong Kong y Singapur. Todos ellos, algunos de los mercados más rentables para las cintas de Hollywood, además de Rusia, India y China.
El caso de este último país es especial. Desde hace varios años, la industria fílmica estadounidense lucha por ingresar con mayor libertad al mercado chino, controlado férreamente por una serie de restricciones gubernamentales. De hecho, hace poco más de un mes los vicepresidentes de Estados Unidos y China suscribieron un preacuerdo comercial, que en la práctica permitirá que la cantidad de filmes norteamericanos que lleguen a cines chinos suba de 20 a 34.
En campaña
La preocupación por el mercado foráneo ha ido modificando otras prácticas de la industria fílmica. Ahora, por ejemplo, no es extraño que los protagonistas de las películas de Hollywood incluyan en las giras de promoción a lugares poco habituados a tener a estrellas de cine posando en alfombras rojas, como Japón, India, Rusia y Sudamérica.
Fue el caso, por ejemplo, de Misión: Imposible, el protocolo fantasma, que obligó a Tom Cruise a pasearse por diversos destinos, incluido India, donde surgieron rumores en la prensa de que se le habría pagado a gente para que aplaudiera al actor durante las actividades, ya que allá no es tan popular como en su país. Hace un par de semanas, en tanto, Josh Brolin y Will Smith llegaron a Brasil para promocionar la tercera parte de Hombres de Negro, como parte de este nuevo escenario de promoción y alternativa de mejorar la recaudación.