El baterista Deen Castronovo ingresó a Journey en 1998 y lo asumió desde un principio: Steve Perry, cantante histórico que abandonó el conjunto en 1987, siempre sería el fantasma que merodearía a un grupo que hoy es una réplica rentable y competente de sus mejores días. "Hay que reconocerlo: Perry es la voz más grande del planeta", zanja el músico. Siempre lo tuvo claro, pero nunca como aquella noche de febrero de 2008: el día en que el filipino Arnel Pineda debutó como cantante en el Festival de Viña.

Fichado luego de la rotación de varios intérpretes, y tras descubrirlo en YouTube al frente de la banda tributo que lideraba en su natal Manila, Pineda se integró a Journey en 2007, sumergido en un pánico insostenible. Pensó varias veces en renunciar, extrañaba a la familia y contempló no cortar pasajes hacia la Quinta Vergara, según él mismo lo reveló en Rolling Stone. "Tenía mucha presión", resume Castronovo, al teléfono desde EE.UU. Luego profundiza: "Estaba muy nervioso, nos preguntaba muchas cosas y dormía poco. Le dijimos que debía entregarse al máximo y que ya no había tiempo de echarse para atrás. Teníamos que controlarlo, nosotros también estábamos preocupados: el debut con Arnel era en un lugar como Chile, donde no habíamos estado nunca y no sabíamos cómo nos iban a recibir".

Pese a la previa cargada de angustia, el alivio fue absoluto: los norteamericanos ofrecieron una de las presentaciones más vitoreadas de esa edición del evento. "La reacción del público fue increíble. Tras el concierto, felicité a Arnel y nos emocionamos todos. Fue un gran empujón de seguridad no sólo para Arnel, sino que para todos. Ahí empezamos una nueva vida como banda", expresa el baterista.

Un renovado capítulo que la próxima semana vuelve a su origen: el quinteto se presentará el 26 de marzo, en Movistar Arena, con los legendarios Sweet como teloneros y en un show que ya despachó 10 mil entradas. "Tocaremos los hits más reconocidos mezclados con adelantos de nuestro nuevo álbum, Eclipse", adelanta el músico en torno al trabajo que sale en mayo ("tiene un sonido distinto, es muy Kiss", define Castronovo).

Aunque el carácter fundacional que le da a su anterior escala en Chile parece un protocolo de rigor, la historia es categórica: desde 2008, Journey vivió una resurrección. Revelation, su álbum de ese año, despachó 441 mil copias en sus primeras semanas -la mejor marca desde la partida de Perry-, Kanye West comenzó a cantar temas del grupo en sus shows y canciones como Don't stop believin aparecieron en Los Soprano, primero, y Glee, después. "Nunca he visto Glee, pero es sensacional cómo jóvenes de 15 años, que ni siquiera tienen algún lazo con Journey, se han acercado a agradecernos", cuenta. ¿Han ganado más dinero por la venta de derechos de esa canción? "Supongo que sí. No estoy seguro. No lo olvides: soy sólo el baterista", culmina.