"Con esto concluimos la ronda de alegatos orales de Chile, pero no nuestra sesión", dijo el presidente de la Corte de La Haya, Peter Tomka, una vez que el litigante James Crawford dio por cerrada la última intervención chilena ayer en la tarde. La sorpresa en el salón de la Academia de Derecho Internacional fue mayor cuando el magistrado eslovaco explicó que era "porque hay un juez que tiene una pregunta".

Momentos antes, el juez marroquí Mohamed Bennouna había entregado una interrogante por escrito dirigida a Chile y Perú. "¿Consideran ustedes, en tanto signatarios de la Declaración de Santiago en 1952, que podían en esa fecha, conforme al derecho internacional general, proclamar y delimitar una zona marítima de soberanía y jurisdicción exclusivas sobre el mar que baña las costas de sus respectivos países hasta una distancia mínima de 200 millas marinas desde las referidas costas?", leyó Tomka.

El presidente de la corte informó que ambos países debían responder la próxima semana, cuando se retomen los alegatos. Lima lo hará en la audiencia del martes y Chile el próximo viernes. Aunque de acuerdo al estatuto de la corte cada magistrado puede hacer preguntas, el tema se transformó ayer en comentario generalizado en La Haya.

El contenido de la interrogante iba dirigido al corazón del debate: la validez del tratado limítrofe de 1952, defendido por Chile como el instrumento que estableció el paralelo como frontera marítima con Perú y Ecuador. Pero Lima sostiene que es sólo un pacto pesquero.

De hecho, el texto de la pregunta alude al punto II de dicho instrumento jurídico. "Los gobiernos de Chile, Ecuador y Perú proclaman como norma de su política internacional marítima la soberanía y jurisdicción exclusivas que a cada uno de ellos corresponde sobre el mar que baña las costas de sus respectivos países, hasta una distancia mínima de 200 millas marinas desde las referidas costas", dice el acuerdo, refrendado por los tres países firmantes en el Tratado de Lima, en 1954.

Así, en el equipo chileno reconocían que por el "sentido" de la pregunta, Perú podría aprovechar el escenario, pues ese país ha tratado de socavar la validez de estos acuerdos. En esa línea, el hecho de que la Declaración de Santiago haya sido un instrumento pionero y ayudado a sentar las bases del futuro derecho internacional marítimo -al crear la zona de 200 millas, lo que provocó el rechazo inicial de países como EE.UU. y Noruega- podría dar espacio a Lima para decir que los alcances jurídicos del texto del 52 son cuestionables. Esto, aludiendo a que, tal como sugiere la pregunta de Bennouna, sus directrices no se ajustaban a las normas respetadas "en esa fecha".

En la delegación chilena dieron cuenta ayer de que la interrogante de Bennouna da la oportunidad a Perú para abrir una nueva línea de argumentación. Por lo mismo, la respuesta chilena sería diseñada en función de la postura que exhiba Lima el próximo martes.

En todo caso, los abogados chilenos dicen que es un escollo salvable. En primer lugar, se trata de la pregunta de un solo juez, no de la corte completa. En 2011, en los alegatos del caso Nicaragua-Colombia, tres magistrados -entre ellos Bennouna- hicieron ocho preguntas a Managua. Finalmente, el fallo de hace un mes entregó a Bogotá el control de la isla San Andrés y varios cayos en el Caribe, pero quitó parte de su mar territorial.

En segundo lugar, en el equipo chileno dicen que esta puede ser una oportunidad para reforzar el hecho de que ninguno de los países signatarios tenía conflictos sobre lo acordado. Y que los tres han destacado en numerosas oportunidades haber sido "pioneros" en el derecho del mar. "Perú no podrá tomar distancia del tratado después de festejar en agosto pasado, en Galápagos, 60 años del Sistema del Pacífico Sur, que nació con este acuerdo", señala un personero chileno.