Se estima que de los 168 millones de niños entre 5 y 14 años que trabajan en el mundo, 5,7 millones están en la India.
Casi más de la mitad de ellos se desempeña en la agricultura, en campos de algodón, caña de azúcar y arrozales, lugares en donde constantemente están expuestos a pesticidas y a sufrir heridas por la utilización de herramientas peligrosas. La cuarta parte trabaja en las fábricas manufactureras tejiendo alfombras o bordando telas, completamente hacinados en pequeñas habitaciones sin ventilación. El resto lo hace lavando platos, barriendo o limpiando suelos en hogares o restaurantes.
Fue precisamente ese el flagelo que hizo que Kailash Satyarthi dejara su profesión de ingeniero eléctrico para consagrar su vida en rescatar a estos niños, y la razón de porqué en 2014 ganó el Premio Nobel de la Paz junto a Malala Yousafzai.
El Nobel estuvo en Chile la semana pasada, visitando la Universidad Santo Tomás para participar de un espacio de conversación con autoridades de la casa de estudios y Consuelo Contreras, directora Ejecutiva de Corporación Opción.
Además, durante su paso por Chile, participó de la V versión del Congreso del Futuro, donde realizó una charla magistral en el Teatro Municipal de Santiago.
El interés de Kailash por terminar con la esclavitud infantil nació a los seis años, cuando vio a un niño con su padre arreglando zapatos y no entró a la escuela. Inconforme con la situación se acercó al padre del menor para pedirle explicaciones. "Nosotros nacimos para trabajar", le respondió el hombre. No se convenció.
Fue lo que lo impulsó años más tarde a crear un diario -The struggle shall continue (La lucha debe continuar)-, para denunciar estos abusos, pero otra historia lo hizo decidir que era tiempo de dejar de hablar del tema y comenzar a actuar.
Fue así como en 1983 fundó Bachpan Bachao Andolan (BBA), ONG compuesta por asociaciones de profesores, sindicatos, comités de distrito y organizaciones no gubernamentales.
Muchos de sus amigos han sido asesinados por esta lucha y él constantemente está recibiendo amenazas. Dentro de las experiencias más peligrosas que le ha tocado vivir está la de salvar a unas niñas nepalíes que trabajaban en un circo, lo que provocó que lo agredieran brutalmente.
En 2014 hubo 278 candidatos al Nobel de la Paz. Fue el año con mayor número de nominaciones ¿Cómo se siente luego de que su lucha sea reconocida de esa manera?
Fue una sorpresa para mí y un regalo para los niños, es mucho más que un premio que reconozca mi lucha, es un honor para quienes realizo esta causa.
Recibir el Nobel de la Paz debe ser muy gratificante, pero durante su trayectoria ha ganado varios premios, ¿cuál es el más significativo para usted?
El premio Nobel es el más significativo sin duda, pero también es muy importante para mí el "Humanitario del año", otorgado por la Fundación Harvard.
Usted tiene dos hijos, ¿Ha pensado alguna vez en adoptar?
Todos los niños de la fundación me llaman papá, son todos mis hijos, pero no he pensado en adoptarlos legalmente.
El tema de la educación en Chile ha dado mucho de qué hablar ¿Qué opina de que algunos jóvenes puedan estudiar gratis? ¿Cree que es posible que sea para todos 100 % gratis?
Tiene que ser gratis mundialmente. El acceso a la educación primaria es un derecho, todos deberían recibir por igual educación de calidad.
¿Y en relación a la educación superior?
En este caso depende de cada país, es responsabilidad de los líderes y los países que puedan, deben tenerla (educación gratis).
¿Actualmente está trabajando en algún nuevo proyecto?
Estamos trabajando en la mayor campaña que el mundo haya visto, una fundación llamada diez millones para diez millones, que consiste en reunir a jóvenes de universidades y educación básica y media, para que puedan ayudar a diez millones de niños, al final la ayuda será para ambos.