El 16 de octubre de 1962 llegaron hasta la Casa Blanca las imágenes tomadas dos días antes desde el aire que mostraban que los soviéticos estaban desplegando misiles de largo alcance en Cuba. Fue el comienzo de la Crisis de los Misiles, que se prolongó por 13 días. Y en ese período, aviones norteamericanos a baja y gran altura siguieron sobrevolando territorio cubano con el fin de fotografiar los avances y progresos en la instalación de los proyectiles con cabeza atómica. Kenneth V. Jack, un fotógrafo de la Armada, formó parte del escuadrón que realizó gran parte de esos vuelos a bordo de los supersónicos RF-8A Crusader, los cuales iban provistos de cámaras de alta resolución KA-45. En agosto pasado, Jack publicó el libro Blue Moon over Cuba (Luna Azul sobre Cuba), donde comparte la autoría con el capitán William B. Ecker, fallecido en 2009, en el cual relatan las misiones que el escuadrón VFP-62 realizó en esos días de tensión mundial y donde ellos jugaron un papel central.
¿Qué papel le tocó cumplir durante la Crisis de los Misiles?
Yo estaba reclutado como fotógrafo, responsable de las cámaras y equipos electrónicos en los RF-8A. Las misiones sobre Cuba despegaban desde la Estación Aérea Naval, en Key West, Florida, y regresaban a la base en Jacksonvi-lle, Florida, donde los rollos de película eran revelados y enviados por aviones caza F-8 a Washington DC para que fuesen analizados por el Presidente Kennedy y los organismos de inteligencia, incluida la CIA.
¿Cuántas misiones hizo su escuadrón sobre Cuba?
La operación Blue Moon (Luna Azul), que fue el nombre en clave dado a los vuelos a bajo nivel para el reconocimiento fotográfico sobre los sitios de los misiles en la isla, realizó 168 misiones (hasta el 15 de noviembre de ese año). El escuadrón VFP-62 hizo cerca de la mitad de ellas. Las otras misiones las hizo el escuadrón VMCJ-2 de la Marina. Además, la Fuerza Aérea voló con los RF-101C Voodoo por la Blue Moon. La primera misión la realizamos el 23 de octubre de 1962 (una semana después de que se había desatado la crisis), y en ella participaron seis aviones.
¿Por qué a veces se usaban los aviones U-2 y otras veces los RF-8A?
Los U-2 vuelan a más de 20.000 metros y cubren mucho terreno, pero la resolución de las fotos que tomaban no eran tan buenas como las de los vuelos de reconocimiento a bajo nivel. Los vuelos a bajo nivel volaban sobre los sitios a velocidad casi supersónica y a unos 300 metros. El VFP-62, mi escuadrón, tenía las mejores cámaras y las compartió con la Infantería de Marina y con la Fuerza Aérea. Por esa razón, nuestras primeras misiones fueron el 23 de octubre.
¿Fueron usted y su escuadrón contactados por funcionarios de la Administración Kennedy para que evitaran riesgos en sus vuelos sobre Cuba con tal de que no escalara la crisis?
Nuestro contacto era con el Pentágono, pero Kennedy estableció unas líneas de compromiso según las cuales no podíamos volar escoltados por cazas, por lo que hicimos las misiones solos. Por supuesto que nuestros aviones estaban desarmados. Kennedy vio, a lo largo de la crisis, que nuestros aviones cumplían una función útil al acosar a cubanos y rusos con nuestros vuelos rasantes y rápidos sobre sus ubicaciones.
¿Podemos definir que la tarea que ustedes realizaban sobre Cuba era espionaje?
Creo que un mejor término es el de vigilancia. Nuestro trabajo no era ningún secreto después de las primeras misiones. Los cubanos y los rusos sabían que apareceríamos día tras día. El nuestro fue un trabajo de inteligencia para que el Presidente pudiese tomar sus decisiones.
¿Usted y su escuadrón eran conscientes del papel histórico y central que jugaron en esta crisis?
En realidad, no. Fue muy secreto para la mayoría del escuadrón. La tripulación en Key West, desde donde despegaban los vuelos, sabían que estaban volando sobre Cuba, pero no para qué. Muchos han venido a conocer los detalles de lo que estaban haciendo tras leer mi libro Blue Moon over Cuba.
¿Sintieron alivio o alegría cuando terminó la crisis?
Sí, porque el trabajo fue muy intenso y todos dimos al máximo de nuestra capacidad. A muchos la Armada les extendió su período de servicio debido a la crisis. Es una alegría que hoy, cuando se cumple el 50º aniversario, nuestro papel se haya hecho público, porque hasta antes de nuestro libro todos decían que era la Fuerza Aérea la que había hecho el trabajo.