El hecho de que la legitimidad de Kim Jong Un como máximo líder de Corea del Norte se base fundamentalmente en que es hijo de Kim Jong Il y nieto de Kim Il Sung, ha echado a correr las conjeturas de que el joven heredero no tenga el apoyo de la elite y, sobre todo, del Ejército del país.

Precisamente por eso que el nuevo gobernante, que tendría alrededor de 28 años, se apoyaría en su tío, Jang Song Thaek, y en el jefe del Alto Estado Mayor del Ejército, vicemariscal Ri Yong Ho. Así constituiría una dirigencia colectiva, al menos en una primera fase de su "reinado", una modalidad extraña en un régimen que se ha caracterizado desde su fundación, tras la Segunda Guerra Mundial, por ser una dictadura de hombre fuerte y con un exacerbado culto a la personalidad.

Pese a que ha sido celebrado como el "gran sucesor" y el "nuevo líder enviado del cielo", hasta ayer ni su partido ni la Comisión de Defensa Nacional, el consejo de liderazgo supremo que el fallecido gobernante encabezó como jefe del Estado militar, habían informado oficialmente sobre si será Kim Jong Un quien asuma el poder, ni cuándo lo haría.

Según una fuente citada por la agencia Reuters, que ya en el pasado adelantó la primera prueba nuclear norcoreana en 2006 antes de que ésta ocurriera, aseguró que el Ejército, que está tratando de desarrollar un arsenal nuclear, prometió lealtad a Kim Jong Un. De esta forma, la situación en el país parecía ser estable. De todas formas, la fuente consideró como "muy improbable" la posibilidad de un golpe militar. "El Ejército prometió lealtad a Kim Jong Un". "Sin un hombre fuerte militar, Corea del Norte será dirigida por un liderazgo colectivo, que incluiría a Kim Jong Un, su tío y el Ejército", señaló la fuente.

Jang Song Thaek, de 65 años, cuñado de Kim Jong Il (está casado con la poderosa generala Kim Kyong Hui, hermana menor del fallecido dirigente) y tío del nuevo líder, fue nombrado en 2009 para formar parte de la Comisión de Defensa Nacional. Un año después fue nombrado vicepresidente de esa comisión y custodio del régimen. Así, ahora Jang suena como posible "regente" temporal del joven Kim.

Precisamente la primera muestra del poder de Kim Jong Un y la lealtad de los militares fue la orden del nuevo gobernante, poco antes del anuncio de la muerte de su padre, ordenando a todas las unidades militares que detengan los ejercicios en terreno y regresen a sus bases. "Es el ejemplo que confirma el completo y directo control de Kim Jong Un sobre el Ejército", dijo una fuerte surcoreana consultada por la agencia local Yonhap.

Según el presidente del Instituto Asan para Estudios Políticos en Seúl, Ham Chaibong, la supervivencia del régimen norcoreano depende de varios factores. "En el factor interno es clave la rapidez con la que Kim Jong Un sea capaz de hacerse con posiciones clave en el Ejército, el gobierno y el partido", escribió Chaibong en el diario estadounidense The Wall Steet Journal.

Una teoría muy comentada en Seúl es que Kim Jong Un ocupe altos cargos pero que, al menos al principio, el poder de decisión quede en manos del ala dura del partido y del Ejército, incluyendo las negociaciones con Estados Unidos sobre el programa nuclear.

El ascenso militar de Kim Jong Un en septiembre y octubre del año pasado se enmarcó en la política Songun, la doctrina estatal que pone por delante lo militar. Es decir, que un título militar es la base para una buena carrera política. No por nada en esas fechas el nuevo gobernante fue nombrado general de cuatro estrellas y vicepresidente de la Comisión de Defensa Nacional.

Esa instancia es el órgano de decisión más poderoso de Corea del Norte y controla a casi 1,2 millón de soldados. Como presidente de esta comisión, Kim Jong Il tenía el poder máximo del Estado. Tres años antes de la muerte de su padre, el "Presidente Eterno" Kim Il Sung, en 1994, Kim Jong Il ya estaba en el supremo de las Fuerzas Armadas. Estas juegan un factor económico muy importante en el país, ya que consiguen divisas extranjeras a través del comercio de armas y de sus propias empresas.