ESTE año se conocieron los resultados del primer censo global de pingüino emperador. Las imágenes satelitales que recogió el British Antarctic Survey confirmaron la existencia de un total de 46 colonias, con un número de 600 mil especies adultas, casi el doble de lo estimado con anterioridad. Esto podría leerse como una buena noticia: otras especies amenazadas tienen una población infinitamente inferior. Pero si vamos al detalle de sus procesos biológicos podemos ver que el aumento de la temperatura está acelerando el derretimiento de las placas de hielo y, como consecuencia, afectando su reproducción, su proceso de cambio de plumaje y la obtención de su alimento a base de krill. Un detalle: el pingüino emperador es una especia que no tiene capacidad para adaptarse a los cambios ni puede migrar, acercándose más al polo. Necesita mantenerse cerca de la costa antártica.
Es, sin duda, un agente emblemático en el ecosistema antártico y uno de los más conocidos (¿vio el documental La marcha de los pingüinos?). Estas aves pueden vivir con temperaturas cercanas a los -50°C y habitan en el territorio más distante del polo. Ahí, donde las condiciones debieran ser ideales para ellos, pero los últimos reportes dicen lo contrario: durante el último siglo, si las temperaturas en todo el mundo han aumentado en 0,74 grados Celcius, en la Península Antártica se han elevado en 0,5. No es casualidad, entonces, que la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza incluyera a esta especie en su informe "Especies y cambio climático", donde aparecen las 10 especies más amenazadas por el calentamiento global.
La edición de esta semana de la revista New Scientist dice que el estudio más completo sobre cambio de población de pingüino emperador se concentró en una colonia ubicada cerca de la estación científica francesa Dumont d'Urville, en la costa del sector denominado Tierra Adelia de la Antártica. Esta colonia ha sido monitoreada desde 1962, cuando la temperatura era de -17,3°C, pero ya en los años 70 y a principios de los 80, llegó a un promedio de -14,7°C. Estas alteraciones en el clima provocaron una disminución de las extensiones de hielo invernal en cerca de 11% y redujeron a la mitad la población de pingüinos.
Daniel González Acuña, médico veterinario de la Universidad de Concepción y experto en el tema, agrega otro antecedente: existen registros de 1970 de una colonia en los islotes Dion, donde se contaban 150 parejas de pingüino emperador, las que disminuyeron a 20 en 1999 y que 10 años después habían desaparecido.
El pingüino emperador es una especie que durante millones de años de evolución ha estado expuesta a temperaturas muy bajas y, como todas las poblaciones de fauna silvestre, cuando su hábitat sufre modificaciones, puede adaptarse, migrar o morir. "A medida que aumenta la temperatura, los animales antárticos van migrando a lo más extremo del polo, pero ellos ya están ahí, entonces ya no tiene espacio para poder migrar. Además, esta especie es estricta, no es plástica. Esto significa que no posee capacidad para adaptarse", explica Daniel González.
La Reproducción
¿Cómo afectan temperaturas más altas su proceso de reproducción? Una vez que la hembra coloca el huevo, desaparece por cuatro meses -los más crudos del invierno- en busca de alimento. Durante todo ese período, el macho queda a cargo de empollar, no come y puede llegar a perder la mitad de su peso. Una vez que regresa la hembra (lo que puede ocurrir incluso cuando ya ha nacido el polluelo) se intercambian los roles y el pingüino macho tiene que caminar kilómetros y kilómetros para ir a alimentarse. Entonces, si el hielo se rompe muy temprano pasado el invierno o se forma muy tarde una vez concluido el verano, la hembra no contará con los ocho meses que necesita para criar a los polluelos y esperar que lleguen a estar lo suficientemente grandes para ser independientes de los padres. Y en cuanto al macho, el emperador tiene patas adaptadas para andar en el hielo, pero si éste se derrite o tarda en formarse, no tiene habilidades para desplazarse por tierra o rocas, como sí lo pueden hacer los pingüinos macarrón, de penacho o papúa.
Entonces, el rompimiento temprano del hielo puede provocar una falla catastrófica en la reproducción. No es todo. También incide en su alimentación a base de krill, un crustáceo pequeño parecido a un camarón. "El hielo sirve como un lugar de pastoreo del krill, que se alimenta de algas que crecen en la parte inferior del hielo y al derretirse, también desaparecen los microorganismos de los cuales se alimenta el krill", explica González. Además, el hielo sirve como refugio para los krill juveniles.
El médico veterinario de la U. de Concepción explica que si ya es difícil hacer censos de población por la ubicación de los pingüinos, establecer políticas de conservación se hace todavía más complicado y lo único que se puede seguir haciendo es seguimiento a poblaciones específicas. Lo que hay que entender, dice González, es que si esto está ocurriendo en la Península Antártica puede estar pasando en otras islas y no sabemos qué tan abruptamente. Además, el emperador es una especie "paraguas": "Al protegerlo, se está preservando un ecosistema completo, el ecosistema antártico, porque ellos son la pirámide de un ciclo que se ha ido repitiendo por millones de años". Eso significa que si el pingüino emperador está en problemas, otras especies de esta misma pirámide también lo están: el krill, la paloma antártica y la gaviota que se alimentan de los huevos y polluelos, incluso otros pingüinos.